3 de Agosto de 2024
Etapa 0: Cartagena.
Un año más me embarco en una nueva aventura que ocupará mis vacaciones de verano. Durante los últimos meses, he estado buscando rutas y explorando diferentes opciones.
Consideré varias alternativas, pero finalmente me decidí por el Camino de Santiago del Este, comenzando en Cartagena. Como en años anteriores, en lugar de llegar a Santiago de Compostela, mi travesía terminará en Logroño, la ciudad donde resido.
Para prepararme, envié la bicicleta y el equipaje unos días antes mediante una empresa de mensajería, al hotel en Cartagena donde he reservado la primera noche de mi viaje.
La Bici con las alforjas en Logroño esperando su traslado a Cartagena. |
Con todo listo y enviado, llegó el día de la verdad: el vuelo desde Bilbao a Cartagena se hace realidad, ahora me encuentro en pleno vuelo hacia mi destino, donde me reencontraré con la bicicleta, que me espera en el vestíbulo del hotel.
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Las dos cajas esperando a ser abiertas. |
Desde el aeropuerto de Murcia, ubicado aproximadamente a mitad de camino entre esta localidad y Cartagena, debía tomar un autobús hacia la ciudad de Cartagena. Sin embargo, tras esperar un tiempo considerable y habiendo pasado la hora prevista de llegada del autobús, decidí tomar un taxi que me llevó directamente hasta la puerta del hotel. Al llegar, me di cuenta de que la estación de autobuses también se encontraba cerca del hotel, un datos muy a tener en cuenta para otras ocasiones.
Una vez que llego al hotel y verifican mi identidad, me llevan a la sala donde me espera la bicicleta junto con el resto del equipaje, listo para ser montado.
Con dos bultos bien pesados, la bicicleta y las alforjas suman unos 34 kg. Decido primero subir una caja y luego la otra, llevándolas hasta la habitación para montar y preparar todo para el viaje.
La Bici ya montada y preparada para mañana. |
Este año ha sido mucho más rápido que el año anterior, el montaje de la bici con la parrilla apenas me ha llevado una hora, la bici venía únicamente desmontada la rueda delantera y el manillar, así que tengo todo el día para hacer turismo por la ciudad.
Todavía no es la hora de comer, por lo que en la recepción del hotel me dan un plano de la ciudad con los monumentos y lugares a visitar.
Puerta de entrada de La Milagrosa actual universidad de Cartagena. |
Al salir del hotel, me topo con los restos de un arco que antiguamente daba acceso al patio de la Casa de la Misericordia, una institución benéfica que cuidaba de niños huérfanos. Hoy en día, ese lugar alberga la sede del rectorado de la Universidad Politécnica de Cartagena.
Además del mapa, descargo una ruta de la aplicación Wikiloc, publicada en su momento por un senderista, que ofrece un recorrido turístico por la ciudad. Con todo listo, comienzo mi ruta turística por Cartagena.
Estuve en esta ciudad con mi familia hace ya unos años, y a medida que avanzaba, mi memoria se iba refrescando con los viejos recuerdos que aún guardaba.
Puerto de Cartagena. |
Di un paseo por la zona del ayuntamiento y las calles peatonales del centro, repletas de tiendas a ambos lados. El recorrido me llevó por el Arsenal de Cartagena hasta el Museo de Isaac Peral, antes de llegar al puerto.
Tras disfrutar de las vistas del puerto, continué mi recorrido por la muralla de Carlos III y luego visité el Anfiteatro Romano de Cartagena, justo a tiempo para la hora de comer.
Ayuntamiento de Cartagena. |
Coimí en un bar que me llamó la atención poco después de salir del hotel: el Bar Ideal, un lugar modesto, con comida casera y un trato amable.
A estas horas, el calor ya se hace notar, así que decidí regresar a la habitación del hotel para descansar un poco. No he parado desde que me levanté a las 6 de la mañana en Bilbao.
Parque arqueológico "El Molinete". |
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Restos de la calzada romana: El "Cardo de Salvius". |
Por la tarde, di un paseo más tranquilo y fresco que el de la mañana. Para cenar, compré embutido y pan en un supermercado para preparar un bocadillo, que disfruté en la habitación del hotel mientras el día oscurecía. Después de dejar todo bien organizado y preparado para la marcha de mañana, así me aseguré de que solo tuviera que preocuparme por el desayuno que estaba incluido, y así salir con la bicicleta hacia mi primera etapa al día siguiente.
Fue un día completamente aprovechado y, afortunadamente, todo salió según lo planeado, excepto por el inconveniente del autobús del aeropuerto a Cartagena, que resolví tomando un taxi. El montaje de la bicicleta fue muy rápido, lo que me permitió dedicar el resto del día a hacer turismo.
Hasta mañana.
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