Etapa 8: Carcaboso - La Calzada de Béjar.

  2 de Julio de 2023. 

Etapa 8: Carcaboso - Calzada de Béjar. 

Distancia:  76,52 km

Desnivel acumulado:  Positivo: 775 m. Negativo: 285 m.

Hora de Salida: 06:00 h.

Hora de Llegada: 13:00 h..

Tiempo empleado: 6 horas 48 minutos, (Según Wikiloc).



       La etapa de hoy tiene un significado especial para mí, inicialmente, no planeaba que este viaje coincidiera con la Vía de La Plata, que ya había recorrido hace cuatro años, sin embargo, al reajustar la ruta, resultó que ahora estoy coincidiendo con dos etapas de aquel recorrido anterior, al final, decidí y me encantó la idea de recorrer de nuevo esta parte de la Vía.

        Aunque la etapa de hoy me lleva de Carcaboso a Calzada de Béjar, difiere bastante a la que realicé en el pasado, me emociona especialmente la posibilidad de pasar de nuevo por debajo del arco de Cáparra, un lugar que sin duda visitaré, para después, darle un giro diferente a esta etapa al buscar la Vía Verde que encontré en los mapas, dando un nuevo enfoque a mi ruta, empezamos...

El Impresionante arco de la ciudad Romana de Cáparra.

         Después de desayunar el café con leche y parte de los donuts que compré ayer en el supermercado, me dispongo a iniciar esta etapa, son apenas las seis de la mañana y la oscuridad de la noche aún cubre el ambiente, el día apenas comienza a despertar.
        
        Los días continúan siendo soleados, como ha sido la tónica estos últimos días, el calor característico de las primeras etapas está disminuyendo a medida que avanzamos hacia el norte a pesar de que todavía hace calor, ya no es tan intenso como lo era en el sur de Andalucía.

Un amanecer sereno revelando sombras a contraluz en el camino.

        Al salir de Carcaboso, el camino de la Vía se presenta bien señalizado, una guía clara para seguir adelante, inicialmente transito por un camino asfaltado y después de un cruce a la derecha y a unos cuatro kilómetros y medio de distancia, una flecha indica que debo pasar por la portilla que tengo a mi derecha, una vez que paso por ella, prosigo siguiendo las marcadas señales de la Vía de la Plata características de Extremadura, unos cubos de granito cubos con el arco de Cáparra con la huella de una rueda de una bicicleta, además de la icónica concha de Santiago.

        A lo largo del camino, atravieso diversas portillas o cancelas, deteniéndome a cada paso para pasar de una zona ganadera a otra. En un momento dado, diviso grandes sombras acercándose en mi dirección, a medida que se acercan descubro que se trata de vacas caminando en fila en dirección opuesta a la mía, con cautela, paso a su lado sin hacer el menor ruido evitando así cualquier molestia que pudiera asustarlas y causar algún contratiempo.

Cubo de granito indicador y una de las innumerables cancelas por las que he de pasar.

       El sendero serpentea entre el bosque mediterráneo, adornado con encinas y robles. A lo largo del camino, encuentro numerosas portillas, tantas que pierdo la cuenta rápidamente, a aunque el terreno permite una rápida progresión, lo cual invita a disfrutar de la velocidad, la frecuencia de las cancelas interrumpe constantemente el ritmo.

        Es una delicia sentir la velocidad en este entorno, pero la necesidad constante de detenerse para abrir y cerrar estas cancelas añade un contrapunto a la experiencia pero, a pesar de estas pausas el camino hace que con el amanecer, el frescor de la mañana y la conexión con la naturaleza hacen de este recorrido una aventura llena de contrastes y emociones.
        
El Camino se convierte en Senda entre encinas.

        Se camino se convierte en senda, todo un recorrido de experiencias, el sol ya ha salido completamente por el horizonte y aparece con todo su color anaranjado, dando una tonalidad al paisaje difícil de explicar.

        En el kilómetro doce cruzamos la carretera local CC-12.2, la Vía sigue por caminos de tierra, en este terreno me encuentro con un extenso rebaño de ovejas, me cruzo con el pastor quien avanza tras su rebaño en un vehículo algo desgastado, pero adecuado para circular por estos caminos rurales.

        Con la emoción que me lleva esta ruta, a las ocho de la mañana llega uno de los momentos más emotivos de la ruta y en especial de esta etapa, el reencontrarme con el arco de Cáparra, momento donde detuve el tiempo y me dediqué a disfrutar como si se tratara de un momento único.



        Pasé un buen rato degustando este momento, no sé porqué pero tenía especial interés en el reencuentro con el arco. quizá fue lo sorpresivamente que  surgió hace cuatro años en mi anterior camino de la Vía de la Plata, lo que sí tenia claro que este momento lo iba a disfrutar.

Yo debajo del imponente arco de la ciudad de Cáparra.

        Tras este momento gratificante prosigo mi ruta trazada, discurro entre caminos y sendas que se entrelazan entre los numerosos alcornoques, paso por varios pasos, creados con hileras de cubos de granito para facilitar el camino sobre los arroyos o pequeños riachuelos que hay que atravesar.

        Avanzo siguiendo los pasos marcados por las cancelas que delimitan los cotos de caza, y a medida que los kilómetros se deslizan, el panorama va cambiando, la fisonomía del entorno evoluciona de árboles dispersos a la emblemática dehesa extremeña, con sus extensas llanuras que invitan a la contemplación del paisaje y perderse en el lejano horizonte, tratando de descubrir algún animal que se encuentre distante de nosotros.

Paso formado de cubos de granito para facilitar el paso, (a los senderistas).

        La sierra de Béjar se va acercando cada vez más, todavía estoy siguiendo las indicaciones de la Vía de la Plata, cuando llevo recorridos treinta kilómetros me desvío de la citada vía para buscar el antiguo ferrocarril de Béjar.       

        Cuando la Vía de la Plata coincide con la carretera CC-15.1, es cuando tomo el cruce a la derecha para pasar posteriormente por los puentes sobre la autovía A-66 y la N-630 y en unos pabellones industriales adentrarme en la estación de Casas del Monte para ir por el Camino Natural Vía de la plata, el trazado de un viejo ferrocarril, en funcionamiento hasta el año 1985 para viajeros y 1995 para mercancías.

Entrada de la Vía Verde Vía de la Plata.

        El trazado e inclinación de esta Vía Verde se asemeja a otras vías de características similares, se han conservado las infraestructuras necesarias del antiguo ferrocarril para permitir su uso tanto para senderistas como para amantes del ciclismo, tiene un desnivel moderado y fácilmente superable y, un trazado cómodo con un buen firme y diversos puentes y pasos a nivel de su anterior historia, una serie de paneles indicadores resaltan la singularidad del recorrido, el paisaje circundante y los arroyos o gargantas por los cuales transitamos.

        A ocho kilómetros desde el inicio la vía,  transcurre al lado de la localidad de Aldeanueva del Camino y a siete kilómetros de distancia llega a Hervás, en esta última localidad, decido adentrarme en el centro con la intención de hacer una breve pausa para descansar y tomar algo de alimento, una buena hora ya que son las diez de la mañana, diviso un banco junto a una fuente y elijo ese lugar como el más adecuado para detenerme y recargar energías.

Municipio de Hervás, provincia de Cáceres, Extremadura

          En la localidad de Hervás paso un buen rato sentado en el banco e intentando disfrutar de la ruta de hoy, pero es hora de partir, así que voy hacia la antigua estación de tren para coge, de nuevo, el camino natural, a los pocos paso por un puente y más adelante paso por otro puente que se le conoce como el puente de hierro formado por cinco vanos dónde el central es una estructura metálica de 110 metros para salvar el cauce del río Ambroz.
     
Vista de Hervás desde el puente de hierro del Rio Ambroz.

       
A lo largo del trayecto, me cruzo con senderistas, así como con algunos ciclistas que disfrutan de este hermoso día, que salen en la mañana del domingo para su paseo habitual.

        El camino asciende gradualmente, regalándome vistas panorámicas desde las alturas como la autovía de la Vía de la Plata, el embalse de Baños de Montemayor, mientras dejamos atrás la extensa llanura de la dehesa extremeña, poco a poco me voy acercando al puerto de Béjar.

El embalse de Baños de Montemayor, Cáceres, Extremadura.

         A medida que avanzo, el camino continúa en su contante y suave ascenso, llevándome por las proximidades de Baños de Montemayor y el Puerto de Béjar, a partir de este punto, la pendiente se suaviza, convirtiéndose en un trayecto prácticamente llano, el camino pasará por las localidades de Cantagallo y de Béjar, una ciudad significativa en el sur de la provincia de Salamanca.

        La particularidad de Béjar que me encuentro es, que pasé por debajo y no pude contemplar nada de la ciudad, y es que la Vía Verde atraviesa la localidad en su totalidad por medio de un túnel de 370 metros de longitud y (como leí más tarde), con una profundidad de la Plaza Mayor de 50 metros, to el iluminado por puntos de luz automáticos que se van encendiendo a mi paso.

Entrada al túnel de Béjar.

Interior del túnel de Béjar.

        Al salir del túnel, la sensación es de haber emergido a un mundo distinto, es como si el paisaje hubiera transformado mientras se atravesaba su interior, desde esta nueva perspectiva, se vislumbra la ciudad desde otro ángulo, con largas edificaciones que alguna vez fueron el núcleo de la industria textil del que fue el motor económico de esta región.

Vista de la ciudad de Béjar una vez que se ha atravesado el túnel.

        Una vez que salgo del túnel ya me estoy acercando al final de la etapa, sólo queda salir de la Vía Verde y después de continuar un tramo por la carretera SA-220, no sin antes pasarme de largo en las dos intersecciones, debido a la velocidad con la que transito, es el momento de internarse en el monte por medio de un pequeño camino, casi desdibujado por las matas y así, de este modo llegar a La Calzada de Béjar.

        A la una menos cuarto de la tarde paso por la calle principal Salas Pombo, una larga calle que es la arteria principal de esta pequeña población, diezmada por el el impacto del éxodo de sus habitantes hacia la ciudad, donde las oportunidades y el progreso parecen más numerosos que en estos rincones apartados.
Calle principal de La Cazada de Béjar (Salamanca).


        A la una de la tarde y después de 76 kilómetros llegué a mi destino, La Calzada de Béjar un pequeño pueblo ubicado en la sierra de Béjar y con apenas medio centenar de habitantes, solo me queda atravesar la calle principal para llegar al albergue donde me alojaría, este no es otro que el Albergue Alba-Soralla, el mismo lugar donde me hospedé en mi ruta previa por la Plata.

        La recepción la hizo Manuela que junto con su marido Maxi, llevan el albergue junto a otras dos casas rurales y desde hace poco el bar, y es que como dicen ellos, un pueblo sin bar se muere, unos auténticos emprendedores en este lugar que si no fuese por ellos no seria más que un punto en el mapa, casi despoblado, suerte de que pasa la Vía de la Plata por aquí y algo de vida mantiene.

Mi alojamiento en La Calzada de Béjar el albergue Alba - Soraya.

        En el albergue coincidí con un peregrino de Alemania llamado Klaus, o algo parecido intercambiamos impresiones y aventuras del viaje.

        La comida a base de arroz campero casero que prepararon en el bar, aquí estuve charlando también con Maxi, comentando la dura que es la vida en pueblos pequeños apenas sin servicios y cada vez menos habitantes por culpa del éxodo  a las grandes ciudades.

Ayuntamiento de La Calzada de Béjar (Salamanca).

        El resto del día lo pasé, entre la siesta, para más tarde irme de paseo por los alrededores del pueblo y hacer el mantenimiento de la bici, tomar unas pequeñas notas, hacer el video diario, se hizo la hora de ir al bar a coger un buen bocadillo para dar con él a la hora de la cena.

        Después de la cena otra pequeña charla con Klaus, y así termina el día de hoy, muy satisfactorio por el reencuentro de muchas experiencias vividas anteriormente, que se repiten en la actualidad.

        ¡¡Hasta Mañana!!

Fuente y abrevadero en La Calzada de Béjar.



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