6 de Agosto de 2024.
Etapa 3: Cieza - Fuente Álamo.
Tiempo empleado: 5 horas 59 minutos, (tiempo en Wikiloc).
Totalmente de noche a la salida de Cieza. |
Monumento a la Semana Santa. |
Es plena noche, y al salir de Cieza quedo envuelto en la oscuridad. Solo mi potente foco ilumina el camino; sin él, estas salidas nocturnas serían imposibles.
Inicio de la Vía Verde del Chicharra. |
Tras abandonar las calles, sigo por una carretera con algo de tráfico, tomando las precauciones necesarias y luego por un polígono industrial, todavía mudo por las horas que son, más adelante entro en un camino asfaltado que serpentea entre casas cuyos muros delimitan sus parcelas, cuando éstas desaparecen también el asfalto con ellas dando paso a un sendero de tierra compactada, estoy en la Vía Verde del Chicharra, un antiguo trazado ferroviario que existió hace mucho tiempo.
Cruzo un puente sin ver el arroyo que salva, después de de tres kilómetros de vía verde la dejo, para seguir por un camino rodeado de campos de cultivo, no logro saber de que tipo de frutales son, éstos están vallados y no distingo de que tipo se trata.
El perfil de las montañas al amanecer. |
Por el camino que transito existen flechas que indican que es el camino de Caravaca y de la conexión de Cieza con Yecla.
Los árboles frutales desaparecen y dan paso a las vides, extensos viñedos se extienden de un lado para el otro.
Señalización del camino de Caravaca y pequeños recorridos. |
La señalización no la pierdo, en cada cruce existe una flecha, pero llega un momento que ya no las veo, confiando en el track que tracé en casa, voy avanzando, pero llego a un punto en que me encuentro con una nave industrial y dos puertas que se supone que tenía que atravesar, una de entrada y la otra de salida.
Área de descanso y señalización de la vía. |
Esto hace que tenga que buscar una alternativa, por lo que sigo los caminos del mapa, intento no salir a la carretera, los caminos que aparecen como alternativa desembocan en la carretera, cosa que no quiero, por lo que voy un poco hacia atrás para intentar retomar mi trazado.
Viñedo con la Sierra Larga al fondo. |
A la vista tengo el camino que tengo que coger, pero el camino por el que voy no enlaza, sino, que va paralelo por el que estoy pero con un pequeño canal de regadío, por lo que tengo que coger la bici a pulso, siempre con una rueda apoyada en el suelo, para cruzarla, por lo que estoy enfilado y retomo de nuevo mi track preparado, dirección Jumilla.
Famosa por sus vinos con Denominación de Origen, Jumilla se sitúa en el Altiplano de la Región de Murcia, donde las tierras del litoral dan paso a las llanuras manchegas.
Plaza de Arriba en Jumilla. |
Iglesia de Santiago en Jumilla. |
Doy una vuelta alrededor de la iglesia de Santiago, sin muchas expectativas de encontrarla abierta, como efectivamente es el caso, así que decido continuar mi salida del pueblo, al llegar al último tramo de la calle, me encuentro con unos escalones, por lo que no tengo más opción que bajarme de la bici para descender las escaleras, haciendo inevitablemente ruido con las calas de mis zapatillas y el golpeteo de la bicicleta, así que no es de extrañar cara de sorpresa de una vecina, que probablemente acostumbrada a la calma del lugar, me mirara extrañada al ver a un ciclista atravesar esa calle donde quizás no es habitual ver ciclistas.
Salgo de la ciudad, dejando atrás el castillo que domina la colina, tomo un camino de tierra hasta encontrar la carretera RM403, que recorreré durante 8 kilómetros hasta que llego a un cruce con varias señales que indican distintos puntos de interés, entre ellos la Cañada Real, por donde continuaré hoy hacia mi destino.
Paneles informativos en La Cañada Real. |
Aunque he dejado el asfalto, el camino sigue en paralelo a la carretera hasta que no tengo más opción que reincorporarme brevemente, esta vez, solo será por un kilómetro y medio, después de lo cual abandonaré el asfalto definitivamente. Ya llevo recorridos 52 kilómetros.
Un cartel desvencijado y casi ilegible por el paso del tiempo me indica que estoy de nuevo en La Cañada, el camino de tierra está en buen estado y, aunque va ganando altitud de manera gradual, es rápido. No será mucho, ya que el desnivel total de la etapa de hoy es de 858 metros.
El asfalto en la Cañada Real de Albacete a Murcia. |
Más adelante, el camino de tierra se convierte en una vía asfaltada, aunque no deja de ser un simple camino, únicamente tiene una delgada capa de asfalto sobre la tierra, pero sigue siendo mejor que el terreno anterior.
Cortijo en ruinas en la Cañada Real de Murcia a Albacete. |
En mi solitario camino, solo me adelanta un coche ya entrado en años, adecuado para este tipo de pistas. La sombra del asfalto desaparece y continúo rodando por el camino de tierra, salpicado por algunos cruces señalizados con indicaciones de los actuales o antiguos moradores de los cortijos que se dispersan por el paisaje: Casa del Gaitán, Casa de José, así como también algunos cortijos abandonados y en ruinas.
El terreno es árido, pero está salpicado de viñedos, gracias a las lagunas artificiales que permiten regar estas tierras de secano.
En el kilómetro 61, me encuentro con un yacimiento arqueológico, los restos de unos antiguos hornos de yeso, cuyo origen histórico es difícil de precisar.
Ancestrales hornos de yeso de Los Llanos. |
Un poco más adelante, encuentro un área de descanso abrasada por el sol, con tres paneles informativos ilegibles y una señal que indica un camino hacia la cima de un cerro, flanqueado por molinos de viento. Allí se encuentran las ruinas de la ermita de Los Almendros, que puedo ver destacando en lo alto. Sin embargo, mi camino la deja a la izquierda, olvidándola por completo.
Ermita de los Almendros, todavía en la provincia de Murcia. |
Ahora toca ascender un poco para cruzar el altiplano que separa las provincias de Murcia y Castilla-La Mancha, donde se ubican los parques eólicos de Los Almendros I y II, quedan ya poco más de dos kilómetros hasta Fiente Álamo, miro el reloj y la verdad es que es bastante pronto, son las Diez y media de la mañana, cinco horas de ruta, que salvo el fresco del amanecer, han estado marcadas por un sol cegador y un calor sofocante.
Llegando a Fuente Álamo, sigo por un camino salpicado de pequeños viñedos y olivos, entro al pueblo por la parte alta hasta llegar a la plaza, donde algunos vecinos están en la terraza de un bar, cómodamente resguardados a la sombra, buena elección.
Iglesia San Dionisio Areopagita, Pl. España, Fuente-Álamo, (Albacete). |
Localizo mi alojamiento, justo en el centro del pueblo. Son las once y veinte de la mañana, llamo al timbre con cierta incertidumbre pensando que quizá la habitación aún no esté lista, y tenga que esperar ahora que el sol empieza a ser sofocante.
Para mi sorpresa, la misma chica que estaba terminando de preparar la habitación es quien registra mi entrada, esta noche la pasaré en el Hotel de dos estrellas que se llama "Hostal Central", justo en la plaza de España, en el centro de Fuente-Álamo.
Un buen alojamiento, cuenta con una cocina común con frigorífico, microondas, cafetera y tostadora y todo lo que necesitas para desayunar.
Vista desde eel Hotel de la Plaza de España de Fuente-Álamo, (Albacete). |
Una vez de haberme instalado, con la ropa tendida y yo aseado, me dispongo a comer, me comeré en bocadillo que me hice ayer ya que no he parado a almorzar, así que entro en el bar Rolix, enfrente del Hostal y en el interior me lo como, disfrutando del fresco del aire acondicionado y acompañado de una cerveza bien fría... o quizá dos.
Hacia las tres de la tarde fui a comer al restaurante "Mesón El Álamo", menú bastante bien y bueno, je je, o será el hambre que se hace al hacer ejercicio moviendo las piernas.
Mandalas haciendo sombra en una calle de Fuente-Álamo. |
Entre la siesta, ver los deportes Olímpicos, el vídeo y preparar baterías para mañana va cayendo, la tarde, el sol sigue fuerte, pero me doy una vuelta por la localidad, también compro algo para hacerme un bocadillo para la cena y aunque el desayuno está incluido, aprovecho para comprar un poco más.
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Ayuntamiento de Fuente-Álamo (Albacete). |
Ya cayendo el día, preparo las alforjas y la ropa de ciclismo para tener que hacer los mínimos movimientos en la madrugada antes de abandonar la habitación.
Un día de calor como cabía esperar, y un pequeño lío que tuve antes de llegar a Jumilla, por culpa de una zona donde había una nave cobertizo que estaba con una puerta cerrada, que me hubiera permitido continuar por mi camino sin ese rodeo que me tocó hacer.
Un saludo y hasta mañana.
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