Etapa 7: Camino Portugués, Barcelos - Tui.

  10 de septiembre de 2022.

Etapa 6: Barcelos - Tui.-

Distancia:  70 + 3 Km.

Desnivel acumulado:  + 899 metros.

Tiempo empleado: 10:30 Horas.

Track de la etapa de hoy.

Vídeo de hoy.

Las Fotografías de la etapa.


Puerto de Labruja, Portugal.

Crónica:

        Son las ocho y media de la mañana, el día ha salido totalmente despejado y una vez que ya he recogido todo y he montado las alforjas en la bicicleta, me dirijo al Hotel Art´Otel, ya que el desayuno lo dan en este lugar, el desayuno muy completo es de tipo bufet, una vez cogidas las fuerzas para comenzar la etapa inicio la marcha sobre las diez menos cuarto.

Desde Barcelos y a la otra orilla del rio Cavado se encuentra Barcelinhos.

        La etapa de hoy en relación a los kilómetros a realizar no parece muy larga, pero se va a dilatar mucho en el tiempo invertido, ya que me entretendré en Barcelos más de la cuenta y añadiremos la fiesta major en Ponte de Lima, aparte de cruzar el puerto de Labruja, que lo haré por el camino senderista, lo que me obligará a hacer bastantes tramos andando para salvar el mal estado del camino y sumado a los escalones naturales para alcanzar la cima del día y del Camino Portugués.

Entrada por el puente medieval con el Paço dos Condes de Barcelos al fondo.

      Como ayer se hizo tarde y no pude contemplar la entrada a Barcelos, hoy vuelvo atrás para cruzar el puente Medieval en Barcelinhos, y así poder ver la ciudad desde la otra orilla del Rio Cavado, bajé hasta la orilla del cauce para ver el puente y Barcelos desde otra perspectiva, aquí vi a un hombre en una barca retirando unas plantas acuáticas invasoras que dañan el ecosistema del río, las había a montones como ya había podido comprobar en mi singladura por otras zonas acuíferas.

Puesto de fruta en el mercado de Barcelos.

     Cuando ya me dispongo a iniciar la marcha, al pasar por la plaza de la ciudad me sorprende un gran mercado en la calle, puestos de todo tipo, artesanía del lugar, flores, fruta, con su diversidad de colores y de aromas producidos por los perfumes y aromas de los distintos puestos, así que, me vuelvo a bajar de la bici y me doy una vuelta por sus diversos puestos, y ya que estamos cojo algo de fruta para la hora de comer.

        A Cinco kilómetros del puente medieval de Barceló encontramos el Cruzeiro do Espírito Santo, ya hemos dejado los edificios y vamos entrando en un medio más rural, el camino discurre por los clásicos calles y caminos empedrados.

Cruzeiro do Espírito Santo, en las afueras de Barcelos.

        A unos 10 kilómetros y antes de enfrentarnos a la primera subida del día, me encuentro en una intersección con el dilema de seguir por el camino o coger un pequeño desvío, una flecha indica la opción del camino por una iglesia y la otra indica el camino por la Cruz de Pau, otros peregrinos aquí detenidos están en la misma situación que yo, reviso el mapa y compruebo que el camino de la derecha es una opción para pasar por delante de una iglesia y que unos metros más adelante se vuelve a coger el camino que aquí dejamos, por lo que decido coger el camino de la izquierda que lleva hasta la Iglesia Parroquial de Tamel (São Pedro Fins).

      En lo que parecen unas obras o movimiento de tierras en el lateral de la iglesia, se encuentran una necrópolis con tumbas de edad sin determinar, curioso descubrimiento.

Tumbas descubiertas al realizar unas obras al lado de la Iglesia parroquial de Tamel.

         Después de recorrer por este desvío algo más de un kilómetro, en pendiente ascendente y empedrada se regresa al camino principal, en dicho cruce veo una cuz que hace las veces de mirador y me dirijo hacia ella, a contradirección, allí paro y observo el paisaje.

           A los pocos metros se coge la carretera N-204 dónde pasaremos por delante de una fuente datada en 1886 con un generoso chorro de agua.

Fuente en el alto de N204, entre TamelAborim, Portugal.

        En Aborim cruzamos las vías del tren y en continuo descenso y por caminos de tierra se llega al Ponte das Tábuas (Siglo XII), sobre el río Neiva, nada más cruzarlo hay un area de descanso donde dejo la bici aparcada y me arrimo al margen del pequeño embalse del rio, el agua está clara y limpia, veo los zapateros o patinadores, insectos que andan por encima del agua, en el lugar hay ranas que saltan al rio a mi paso, también la claridad del agua deja ver pequeños peces que nadan agrupados de un lado para otro.

Junto con otros peregrinos senderistas disfrutamos de la paz y tranquilidad del lugar, 

            Después de estar un ratito en este pequeño pero acogedor lugar retomo el camino para llegar a la ferguesia  o parroquia de Bulugães, el camino primeramente de tierra para pasar a ser adoquinado a la entrada de la ferguesía.

Igreja Paroquial de Balugães.

        A la salida de Balugães, está la Iglesia de São Martinho, una muestra del románico que data del siglo XII, seguimos por caminos si bien algunos están asfaltados muchos otros están adoquinados, también rodamos por caminos de tierra rodeados de viñedos y parcelas de labranza.

Camino en la zona de Vitorino dos Piães, Portugal.

Interior de la Iglesia de Santo André de Vitorino dos Piães.

        En Vitorino dos Piães y en el final de un paseo flanqueado por una hilera de olivos a cada lado, se encuentra la bonita Iglesia de Vitorino dos Piães, la cual pude visitar su bonito interior recién remodelado.

        Saliendo de esta población, llevo unos 27 kilómetros recorridos, es la una y media de la tarde cuando se corona la segunda subida importante del día de hoy.

        Cuando todavía queda un poco para coronar esta subida, hago una parada en una fuente que se encuentra en el camino, es aquí donde me preparo para comer la fruta que compré esta mañana en Barcelos.

Un menú de lo más pintoresco y colorido.

        El menú de hoy a base de fruta es de lo más variado, un plátano, dos peras, una naranja una nectarina y un melocotón, como lo hice para entenderme con la frutera, ahora no me acuerdo, pero seguro que con señas y apuntando con el dedo.

        En este punto recibo una llamada del alojamiento dónde tenía previsto alojarme hoy, la llamada era para comentarme que no tenían abierto el local, vaya hombre un contratiempo en el que ya me veía buscando otro alojamiento con la incertidumbre de que hubiera algún sitio vacante, es fin de semana y Tui es un lugar bastante demandado.

        El hombre me indicó el nombre y dirección de otro establecimiento, por lo que sólo tuve que anular uno y con la misma aplicación del móvil coger la habitación en otro Hotel, bueno no ha salido tan mal, sigo teniendo alojamiento, con más tranquilidad después de haber hecho todos los trámites retomo la marcha, apenas llevo recorrido un tercio de la etapa por lo que todavía queda bastante recorrido que rodar.

Camino de subida para coronar el segundo pico del perfil de hoy.

        Quedan unos pocos metros para coronar y cambiar de valle, el tipo de camino me obliga a bajar de la bici y hacer unos metros empujándola, al llegar arriba ya empieza un largo descenso, en tramos que intercala tramos de enlosado de piedra, asfalto y tierra, se avanza entre viñas, y cruzando pequeños núcleos rurales como Borgonha y Sobreiro.

Camino y emparrado de camino a Ponte de Lima.

        En Caminho de Casais, se encuentra la capilla de São Sebastião, seguimos por caminos empedrados en un rápido rodar ya que el terreno va descendiendo lentamente hacia la población de Ponte de Lima.

        Según me aproximo a Ponte de lima, lo primero que observo es una gran cantidad de autocaravanas seguidas de una infinidad de tiendas de campaña, y con ello una enorme multitud de gente, era tal la multitud que llegó un momento en el que no podía seguir montado y tuve que ir andando y abrirme camino entre la marejada de personas.



        Resulta que es la fiesta mayor dedicada a la Virgen de los Dolores, por lo que me añadí entre el bullicio con mi e-bike y mis alforjas, sintiéndome un peregrino total, ya que mi único objetivo era cruzar el puente para seguir con la ruta.

        Cruzar el puente romano sobre el río Lima también fue una maniobra lenta, la cantidad de viandantes no dejaban lugar para adelantarse y me tuve que conformar con ir al paso de la marejada de gente.

Vista desde el puente del Rio Lima.

        Nada más cruzar el puente la señalización del camino nos manda girar a la derecha, seguimos primeramente por calles empedradas para luego dar paso a los caminos de tierra, pero primeramente iremos por un camino encajonado en el que tendremos que coger la bici y alforjas y alzarla hasta un alto escalón lateral, para salvar un túnel de muy poca altura por el que no se puede pasar.

        En breve atacaremos el Alto da Portela Grande de Labruja, el techo del Camino Portugués: se sube en 4,2 kilómetros unos 315 metros de altitud, en un recorrido boscoso y agradable, con una pequeña dificultad para los caminantes, pero que para los que vamos en bici la cosa se complica, y mucho.

El camino de subida al alto de Labruja.

        Según avanza el camino, este se ve rodeado cada vez más por la vegetación, el paisaje es muy agradable, aunque el pedalear se haga cada vez más duro, en el distrito de Bandeira el camino se bifurca, en este punto abandonamos los pocos metros de asfalto recorridos de la EM-522 , para seguir por el camino senderista.

        Con el temor de haber elegido bien y a sabiendas que el camino escogido no es el más recomendado para la bici, sigo por el sendero que lleva hacia el alto. 

Paso imposible para la bicicleta.
        
        El tiempo invertido en esta aventura se va dilatando en el tiempo, y sin saber cuánto queda para la cima y además si a eso le añadimos que el track que tenia cargado en el GPS se va alejando cada vez más del recorrido que he tomado, se crea una mezcla en la que no hay que perder los nervios y tomar la situación con total normalidad.

Desfase entre el recorrido teórico y practico.

      A las cinco y media hago cumbre en el alto de Labruja, la cruz en el alto es testigo de mi paso por este lugar, que bien tiene merecido su nombre debido a la dificultad que entraña, me detengo un buen rato a meditar y a hacer unas cuántas fotografías, aunque soy consciente que todavía me queda bastante etapa por realizar.

Cima del alto de Labruja.

Cruz en la cima del alto de Labruja.

        Quedan 27 kilómetros de la etapa y son las seis de la tarde por lo que presiento que llegaré bastante tarde al destino, sigo el trazado del camino siguiendo las flechas amarillas por una pista de tierra y enseguida mi camino se encuentra dentro de la ruta programada, la incursión al difícil paso de Labruja para la bicicleta ha merecido la pena, después de pasar por una zona de obras, supongo que para una autovía o similar, se transcurre por caminos de tierra o empedrados por el extenso bosque.

        El lugar por la que transcurre el camino será una de las zonas más bonitas del camino portugués por las características del terreno, camino y pistas por las que vamos, tras unos pocos metros por la carretera N-301, el camino discurre por las ferguesias de San Roque y Rubiães.

Cartel en el cambio de distrito de Ponte de LimaValença.

        A partir de Rubiães, el camino transita por los clásicos caminos empedrados, se pasa por São Bento da Porta Aberta, en Fontoura entramos en el distrito de Valença, después de una bonita y amplia jornada de ruta ya se atisba que vamos rodando hacia el final.

Puente romano del Cerdal.

        Rodamos por bonitos tramos de caminos entre empedrados y tierra, cuando cruzamos el puente sobre el Rio Cerdal quedan escasos diez kilómetros para llegar a Valença, ciudad portuguesa fronteriza con España y que seguidamente nada más cruzar el Rio Miño se encuentra la ciudad de Tui.

        Por estos Diez kilómetros se transita por las poblaciones de Pedreira, Tuído, ConguedoArão, poco a poco vamos entrando en la zona urbana, el empedrado lo cambiamos por un camino asfaltado pero sin perder la esencia del camino, después de pasar por un paso inferior por el que cruzamos el ferrocarril se entra en Valença do Minho por la zona del Mercado, luego salimos a lo que sería la carretera N-13 convertida en la calle Miguel Delibes, para entrar y formar parte del tráfico y una vez pasada una rotonda con una pequeña fuente nos internamos en el casco antiguo de la ciudad.

Paso del camino de Santiago en Valença do Minho.

          Después de pasar por las estrechas calles del casco antiguo de la ciudad se sale a las murallas defensivas de la ciudad y que se sale cruzando las murallas por medio de un oscuro túnel. A las ocho de la tarde hora local de Portugal llego al Ponte Internacional Tui-Valença, en este punto me detengo para susurrar y decirle al vecino país un "hasta la vista".

Ponte Internacional Tui-Valença, frontera entre España y Portugal.

        Se cruza al otro lado del rio Miño y ya estoy en España, a pie de la frontera sigo las indicaciones para llegar al alojamiento, el camino hace un rodeo a orillas del Rio Miño, cuando llego al establecimiento me doy cuenta que mi alojamiento me lo cambiaron en el transcurso de la etapa de hoy, el caso que tuve que recalcular la ruta y hacer unos tres kilómetros más de los que tenía previsto, ya que el nuevo alojamiento se sitúa en las afueras de Tui.

Paso fronterizo nada más cruzar el rio Miño.

        El hotel Cruceiro do Monte, como su nombre indica se encuentra subiendo una colina después de pasar por debajo de la autovía A-55, la primera sorpresa al llegar a España es que con el cambio de hora son las nueve de la tarde-noche así que me han quitado una hora sin más.

        La recepción en el hotel fue de lo más amable y familiar, dejé la bici cargando en una parte del hotel y subí a la habitación para el aseo y realizar la contingencia diaria.

Orilla de la parte española del rio Miño.

        La cena estuvo estupenda, y hablando con el camarero resultó que su mujer trabaja en la misma multinacional en la que estuve hasta que cerraron en mi localidad, y así charlando con el camarero y otro poco en el bar del hotel llego al final de la jornada, una ruta larga y bonita que transita por caminos con buenos paisajes y agradables lugares.

        Con el buen sabor de boca de una muy buena etapa me voy a descansar, así que hasta mañana.


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