Etapa 12: Camino inverso de Santiago Francés, Sarria - Villafranca del Bierzo.

17 de septiembre de 2022.

Etapa 12: Sarria- Villafranca del Bierzo.-

Distancia:  72 km.

Desnivel acumulado:  +1.470 m

Tiempo empleado: 8 horas 20 minutos

Track de la etapa de hoy.

Vídeo de hoy.

Las Fotografías de la etapa.


Vista desde el Alto del O Cebreiro.

   Crónica.-

           A las ocho de la mañana me desperezo y empiezo a recoger todos los útiles que tengo desperdigados por el cuarto, recojo la ropa que tengo en el tendedero y me enfundo la ropa de ciclista que está esperándome en la silla, bajo las alforjas y las coloco en la bici que está en el portal de la casa, después viene la labor de sujetar la cámara de video al manillar y colocar el GPS en el manillar, encendido y con el track de la etapa.

        El día de hoy tiene dos altos importantes en el Camino de Santiago, se tratan del Alto del Poio y que es la cumbre del Camino Francés en Galicia con 1.337 metros de altitud, y el Alto de O Cebreiro que se encuentra a  1.330 metros sobre el nivel del mar dónde se encuentra la pequeña aldea de O Cebreiro, siendo esta el lugar habitado de mayor altitud del Camino Francés en Galicia, con estas premisas comenzamos el día.

Todo preparado para iniciar la etapa de hoy.

        El desayuno lo tomo en el propio bar restaurante dónde me alojé, así entre conversaciones en distintos idiomas reviso mis pertenencias de mano para iniciar la etapa, el día ha salido con una densa niebla, me dirijo cuesta abajo hacia el malecón de Sarria, aquí recuerdo el primer Camino de Santiago que realicé con Alberto hace unos años.

        Debido a las obras del puente sobre el río Sarria tuve que tomar otro puente que esta situado a la izquierda del mismo, la salida de la ciudad se realiza por un camino de tierra paralelo a la carretera local LU-P-5602, siguiendo el camino marcado todo el tiempo, con sus bonitas idas y venidas hacia la carretera pasando por las pequeñas aldeas de San Mamede do Camiño, Aguiada, A Balsa, Calvor, Pitín, Furela, San Xil, todas ellas dedicadas a la ganadería.

En el camino encontramos preciosos paisajes entre idas y venidas de la carretera.

            Bonitos paisajes y fuertes y cortas pendientes, yo sigo fielmente el track que descargué en su momento, me gustan los caminos y no hay nada que me haga ir por las carreteras, aún sabiendo que no nos alejamos demasiado de los caminos o carreteras locales con su piso asfáltico.

Peregrina con su perro.

        En una curva del camino cerca de la parroquia de Fontearcuda, hay una especie de banco dónde decido parar a contemplar el paisaje que me deje ver la niebla, viene un camino muy empinado en medio del bosque, en este momento me cruzo con una peregrina que va tirando de un carrito con sus pertenencias acompañada de su perro, esto no sería importante si al poco de reiniciar la marcha, saliendo al asfalto unos peregrinos me quieren dar una luz roja tipo led creyendo que era mía, les comento que seguro que es de la peregrina que me acabo de cruzar, les comento que más adelante se  la encontrarán con su perro y que se lo den a ella, y así prosigo mi ascenso, en el camino me encuentro con el  Laberinto de Samos, un laberinto realizado por piedras de cuarzo en forma de espiral realizado por el peregrino australiano Simon Keenan, que decidió instalarse en la pequeña aldea de Montán, este laberinto incita a meditar y a perderse por su sendero en forma de espiral, en su entrada reza el cartel de "Bienvenido al laberinto de Samos".

Laberinto de Samos realizado por el Australiano Simon Keenan y la israelí Anat.

        Un poco más adelante en mi camino inverso, se encuentra la antigua casa del herrero, dónde Simon Keenan vive con su compañera israelí Anat, que están rehabilitando poco a poco esta construcción con las propinas que dejan los peregrinos a su paso, a cambio estos obtienen algo de fruta, un plátano, una naranja y también un café o una pequeña charla con ellos mismos, ofreciendo un pequeño descanso a los peregrinos que aquí se acercan.

        En mi caso un plátano y un calentito café con leche que me sirvió para coger un poco de energía para seguir con el camino.

Manjares que la pareja ofrece a los peregrinos a cambio de una voluntaria propina.

        Después de la pequeña aldea de Montán seguimos hasta su iglesia para meternos en el monte para salir al camino asfaltado a San Xil y A Balsa, para hacer un pequeño descenso de tres kilómetros hasta la localidad de Triacastela, todo ello rodeado de bellos paisajes, que no tienen ningún desperdicio y que son un verdadero festival para los sentidos.

Camino hasta Triacastela.

        Llegando a Triacastela, los peregrinos que hacen el camino en dirección a Santiago de Compostela se encuentran con una bifurcación, dos caminos uno por Samos y otro por el donde acabo de llegar, San Xil, según las notas de viaje, los dos son iguales de intensos y bonitos, en dos palabras, cualquiera que se elija será un acierto, con estas directrices es complicado decantarse por uno o por el otro. 
        
        En esta selección se encuentran dos peregrinas que hacen su camino a pie, y por lo que pude comprobar estuvieron un largo tiempo tratando de elegir la mejor opción, yo me fui alejando de la bifurcación y ahí seguían.

Complicada elección para proseguir el camino.

            En el pueblo veo un supermercado, a el me dirijo para comprar algo para comer y cuando llego a su puerta veo dos bicicletas cargadas con alforjas que me resultan familiares, y tanto, si resulta que son la pareja de alemanes con las que coincidí haciendo noche hace dos días, así que después de balbucear unas palabras nos dimos un fortísimo abrazo para despedirmos, y continuar cada uno con su camino. doy una vuelta por el mini supermercado y cogiendo algo para comer sigo con el camino.

            En Triacastela el camino pasa por al lado de la Iglesia dedicada a Santiago y que está inmersa en el cementerio, la iglesia de tipo románico con la torre de estilo barroco, un paseo por el interior para posteriormente proseguir con la marcha.

            A su salida me cruzo con un numeroso grupo de chicos cantando canciones de campamento, en mi marcha saliendo de Triacastela llego a Ramil. su impresionante castaño de más de 800 años de edad hace de este lugar uno de los mas mágicos y místicos del camino que si pudiera hablar, la de historias que podría contar.

Enorme castaño de 800 años en Ramil, cerca de Triacastela.

        A partir de aquí, comienza el ascenso hacia O Cebreiro, que si en dirección hacia Santiago es dura, no lo es menos en dirección opuesta, evitando todo lo posible la carretera LU-633 y siguiendo fielmente el Camino voy con mi lento caminar hacia la cumbres, con sus fuertes repechos, si bien voy en e-bike, mi desdeño por forzar las piernas, utilizo lo menos posible la asistencia eléctrica que me brinda la montura, tanto que mi cuentaquilómetros ronda los seis kilómetros hora en múltiples ocasiones, claro que me asiste en las rampas casi imposibles, pero nunca desfallezco en mi cabezonería de tirar de pierna.

El camino va ganando altura dejando atrás el valle.

       En el ascenso de a la cumbre de la Sierra de Rañadoiro se suceden las pequeñas aldeas de Pasantes, Fillobal, O Biduedo Fonfría, con sus características construcciones de piedra y tejados de pizarra, el paisaje es espectacular, el ascenso nos lleva desde los 680 metros de altitud de Triacatela hasta los 1.300 metros del alto del Poio.
        
Uno de los hórreos más antiguos de Galicia, se encuentra en la aldea de Fillobal (Lugo).

        Se suceden los lugares donde parece haberse detenido el tiempo, y de hecho es así, me detengo delante del Hórreo más antiguo de Galicia, con su tejado de panocha, es el hórreo de Fillobal, más adelante dejando a mi izquierda el valle e ir ganando altura se encuentra Biduelo, esta curiosa ermita bajo la advocación de San Pedro, también conocida como de Los Abedules, cuya fecha de construcción se remonta a tiempos anteriores se considera como la más pequeña del Camino Francés, está construida con rocas o piedras laminares así como sus alrededores, la foto que realizo en su interior muestra un cierto deterioro ya que la viga principal está sustentada por un puntal.

Ermita de San Pedro en Biduelo, (Lugo).

        En Biduelo me encuentro a 1.168 metros de altitud, llevo recorridos unos 28 kilómetros y es la  una menos diez de la tarde, ya quedan los últimos tramos de bosque, ya que con más altura este desaparece, dejo atrás el concello de Triacastella para entrar en el de Piedrafita do Cebreiro.

        
Llegando al Puerto de Poio, los bosques desaparecen para dar paso a los pastos. 

        Una vez que dejo atrás la Igrexa de San Xoán de Hospital, construida igualmente con los materiales que se utilizan en estas latitudes llego al Alto del Poio (Lugo), es la cumbre del Camino de Santiago en Galicia, a 1.337 metros de altitud. La subida realizada en mi sentido al igual que han sufrido los peregrinos en  el sentido a Santiago es dura, pero el esfuerzo merece la pena por los extraordinarios paisajes que se encuentran, un lugar que sin duda es de los espectaculares y que dan lugar a una meditada y reflexión del Camino.
        
Alto de San Roque 1.270 metros

        Ya he subido hasta el techo de la etapa, llego al Alto de San Roque (Altitud 1.270 metros), donde en 1993 se colocó una escultura en bronce de un peregrino avanzando contra el viento, obra del escultor gallego José María Acuña, sin duda un lugar privilegiado para mirar y observar el paisaje desde la cumbre de esta Sierra. 

        Después de 40 kilómetros y cinco horas y media, hago el descanso para comer, la aldea donde he parado se llama Liñares, todavía me falta un poco para llegar a O Cebreiro, pero he visto un merendero a pie de carretera y he decidido parar aquí.

Paisaje entre Liñares y O Cebreiro.

        Algún peregrino con los pies rotos del camino también decide a parar en cualquier punto donde haya un lugar donde descansar por lo que estoy acompañado en todo momento, por la hora que es ya son pocos los que quedan caminando, más o menos todos tienen que estar en su punto de llegada, a mí me quedan treinta kilómetros, que según mi mapa una vez que llego a O Cebreiro son de un continuo descenso.

        Después de descansar un rato y de tomar los limpios aires de estos lugares retomo la marcha hasta O Cebreiro, ahora si, cuando son las tres de la tarde y 41 kilómetros llego al conjunto histórico de esta aldea, punto de interés y uno de los más importantes de paso de peregrinos hacia Santiago, es sin dudar un lugar mágico que te lleva a otros tiempos.

Muestra de una de las pallozas de O Cebreiro.

Interior de una Palloza, que servían tanto para recoger el ganado como vivienda.
    
           Una de las cosas que destacan cuando llegamos a O Cebreiro son las Pallozas que son unas viviendas tradicionales de origen celta muy típicas de esta zona de los Ancares, son construcciones con las paredes de piedra y techos hechos de paja, en ellas convivían tanto las personas como el ganado.
 
            Otras de las cosas que destacan es el Santuario prerrománico de Santa María Real do Cebreiro, como curiosidad apuntar que es el segundo santuario que más visitas recibe después de la Catedral de Santiago, un sitio de visita imprescindible tanto si eres peregrino como no.

Santuario prerrománico de Santa María Real do Cebreiro.

        Después de estar observando los paisajes desde el mirador, es hora de emprender el descenso, prácticamente en descenso hasta el fin de la etapa de hoy, un descenso que realicé por asfalto acordándome el ascenso que realicé hace unos años en sentido a Santiago.

        En los primeros metros de descenso todavía me cruzo con algún bicigrino que está sudando la gota gorda en su ascenso a la cima, alguno ya extasiado pregunta si queda mucho para la cumbre, pobres.

Puente en la aldea de Herrerías, ya en la provincia de León.

        Entre las aldeas por la que paso en mi descenso se encuentran Herrerías y Ruitelán, siendo las primeras que me encuentro de la provincia de León, hasta Herrerías han sido ocho kilómetros de fuerte descenso he pasado de 1.297 a los 680 metros de desnivel.

          En este momento el descenso se suaviza y ya no hay que abusar de los frenos como en la fuerte bajada en las que los frenos chirriaban como si no te quedaran pastillas, el siguiente municipio es Vega de Valcarce, para adentrarnos en el valle del rio del mismo nombre, estoy rodando por la zona de El Bierzo.

Viaducto de la autopista A-6, en las cercanías de Vega de Valcarce.

        En la aldea de Ambamestas entramos en la carretera nacional N-6, vamos por su arcén habilitado para el camino de Santiago, separado convenientemente del resto de la circulación por un buen muro de cemento, pasado por La portela de ValcarceRuitelán, Trabadelo y Pereje, todo el tiempo yendo  paralelos al rio Valcarce y antes de llegar al túnel cojo el cruce hacia mi izquierda para realizar los últimos dos kilómetros, por una enrevesada carretera que sigue las curvas del Rio Valcarce para llegar a final de la etapa de hoy en Villafranca del Bierzo.

Arcén habilitado para el Camino de Santiago y túnel en la carretera N-6.

        A las cinco de la tarde y después de 72 kilómetros llego al Hostal Burbia, un buen servicio por parte de los responsables me enseñan la habitación y el garaje dónde hoy descansará la bicicleta.

        Llegamos al punto de asearse, limpiar la ropa y poner todos los cacharros a cargar, ahora si, con todo hecho es hora de dar una vuelta por este importante municipio.

        Villafranca del Bierzo es una villa de la provincia de León, que se encuentra en plena comarca de El Bierzo, es uno de los municipios que aunque sea de León se habla el Gallego, en este municipio confluyen los ríos Burbia y Valcarce.

Vista de Villafranca del Bierzo desde el puente medieval del rio Burbia.

            Un gran paseo para recorrer edificios y lugares emblemáticos como la Colegiata de Santa María de Cluni, la Iglesia de San Nicolás, el ayuntamiento de la ciudad, la Iglesia de San Francisco de Asís, el Castillo-Palacio de los Marqueses de Villafranca y la lejana Iglesia de Santiago, que me hizo andar más de lo normal, aún estando un poco agotado saqué fuerzas para subir a su colina.

Colegiata de Santa María de Cluni.

Iglesia de San Nicolás.

Iglesia de San Francisco de Asís.

              También pude recorrer sus calles como la plaza Mayor y otras calles estrechas, para terminar tomando una cerveza en una terraza en la plaza, el lugar Bar-Restaurante El Casino, dónde aproveché que tenía mesa para terminar cenando.

Vista de la Plaza de Villafranca del Bierzo.

            Según estaba cenando iba cayendo la noche y por consiguiente la temperatura ambiente, los lugareños estaban todos perpetrados con sus chaquetas o abrigos de manga larga, así que una vez terminada el grueso de la comida me metí en el establecimiento para refugiarme de la fresca noche, para terminar, con el café, mantuve conversación con dos personas del lugar, que me comentaron que esperaban la actuación de King-Africa.

            De hecho estaban montando el escenario en un hueco de la plaza del pueblo, la actuación estaba anunciada para las doce de la noche, pero era muy tarde para mi, todavía me dio tiempo para dar una vuelta en la oscura Villafranca para llegar a la habitación del hotel sobre las once de la noche.

Tienda de bicicletas en Villafranca del Bierzo.

            Ya en el hotel, recapitulo todo lo que esta intensa etapa ha sido, sin duda es una de las más mágicas del camino, es estar a una altitud de 1.300 metros, visitar O Cebreiro y las pequeñas aldeas dónde parece que el tiempo se ha detenido acompañado de los bellos paisajes y caminos lo que hace que sea una de las etapas más bonitas y mágicas del Camino Francés.

            Revisando los apuntes y viendo las fotografías y videos acaba este intenso día, tan cansado que ni siquiera King África fue capaz de despertarme.

Así que mañana más.

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