Etapa 8: Albarracín - Teruel, (Camino del Cid).

22 de Agosto de 2021.

Etapa 8: Albarracín - Teruel.

Camino del Cid.

Track de la etapa de hoy.

Video de la etapa de hoy.

Las Fotografías de la etapa de hoy. 


Parque Natural de los Pinares de Rodeno.

Perfil de la etapa.

Perfil de la etapa con el programa Perfils.

            Crónica:    

            Otro día más, y ya no sé los que llevamos, hoy la etapa es hasta Teruel así que abandonamos el bonito pueblo medieval de Albarracín.

            A las nueve de la mañana después de montar las alforjas en la bici y de despedirnos de Olimpia la regente del hotel, buscamos un sitio para desayunar por lo que vamos calle abajo y calle arriba como hicimos el día anterior con la cena y no tardamos mucho tiempo en encontrar un lugar, en la misma calle principal a pie de carretera encontramos una cafetería que hace esquina cerca del hotel.

                Para las nueve y veinte de la mañana empezamos a darle a los pedales, esta vez seguimos por el trazado alternativo de la ruta del Cid que cruza el puente sobre el río Guadalaviar, para pasar por el pueblo moderno de Albarracín e iniciar la subida por un camino de montaña asfaltado, a unos dos kilómetros de entrada del parque Natural de los pinares de Rodeno nos encontramos con el mirador de "La Escombrera", en el que por un lado vemos el parque natural y por el otro una bella vista de Albarracín.


Mirador de La Escombrera y la vista del Cañón de El Cabrerizo.

                El mirador de La Escombrera nos ofrece unas bonitas vistas, en el mismo mirador se encuentra una zona habilitada para el aparcamiento de las furgonetas de campaña, donde los campistas se encuentran preparando sus respectivos desayunos.

              Después de estar un buen rato observando el paisaje proseguimos la marcha por el camino asfaltado, cuando más adelante llegamos a otro paraje que nos llama la atención por las extrañas formas de las rocas, son unas rocas formadas de relieves en forma de anillos concéntricos, son los llamados anillos de Liesegang, yo particularmente ni había oído ni visto anteriormente.

        En nuestro lento rodar volvemos a pasar por otro mirador, este nos deja una visión de un paisaje casi jurásico, con las rocas rojizas y los pinares característicos de esta zona solo le falta la aparición de un dinosaurio entre el bosque, parece que estamos teletransportados a tiempos prehistóricos.

        

Anillos Liesegang en una finca.

Piedra caliza roja y los pinares de Rodeno. 

            En este mirador hay que bajar unas escaleras para llegar al mirador protegido con unos maderos, después de observar durante un buen rato el curioso paisaje, subimos de nuevo las escaleras para coger las bicis donde descubrimos en una oquedad, entre las losas que forman el risco, un belén en miniatura con sus figuras y casitas.

           Retomamos la ruta pasando por el centro de interpretación del parque, una zona con amplio aparcamiento y con diversos paneles, que describen la existencias de la zona de las pinturas rupestres y también el comienzo de varias rutas senderistas por la zona.

            La ascensión ha llegado a su fin, estamos a 1.350 mts. de altitud y llegamos a una zona más o menos llana, hasta que hacemos un viraje casi de 180 grados para abandonar la comodidad del asfalto y salir a una buena pista en una constante pendiente hasta Gea de Albarracín.

        La pista desciende entre los pinares y dejando a la vista los riscos de color rojizo, es tan impresionante el paisaje que paramos unas cuantas veces para ir fotografiando el momento para dejar inmortalizados los lugares por los que pasamos.

Paisaje con el color rojizo salpicado por los pinos tan característicos.

Un pequeño claro nos deja esta impresionante vista de los Pinares de Rodeno.

        Después del descenso, los pinos ya no nos acompañan, sigue siendo camino de tierra dónde el bosque ha dejado paso al monte bajo y carrasca, enseguida entramos en Gea de Albarracín, aquí paramos en la plaza del ayuntamiento para que nos sellen el salvoconducto, como son las 11 de la mañana optamos por preguntar por algún lugar para tomar un tentempié, así que, seguiremos la calle principal hasta llegar a una plazuela donde está un antiguo monasterio.

     

        

Entrada a Cea de Albarracín.

Calle de la Iglesia en Cea de Albarracín.

Noria a La salida de Cella de Albarracín.

        En el bar dejamos recuerdos para un conocido de Logroño y así, nos disponemos a proseguir la marcha, nos despide una noria impulsada por el agua que recorre su acequia, enseguida abandonamos la carretera y en principio vamos por camino, más tarde pasados unos metros después de atravesar un paso a nivel de un trazado ferroviario en desuso, aquí cogemos las indicaciones del camino senderista que transcurre a la vera del acueducto romano que va por la ladera del monte.

        La peculiaridad de este acueducto romano, es que no está formado por arcos, sino que va por el monte tanto por superficie como subterráneo uniendo las localidades de Cea y Cella, en este tramo, hay varias partes que no son ciclables, así que usamos la asistencia del "Walking" para no empujar todo el peso de nuestro cargamento.

        
Un rato de empujar la bici.

Restos del acueducto en la ladera del monte.


        El camino del Cid tiene la opción de carretera, pero cómo vamos a ir por la monotonía de la carretera teniendo la opción de monte, ya se sabe hacia dónde va la cabra.

        Una vez superado el cerro llega el momento en el que parece que podemos volver a ir montados, y así es, pero no por mucho tiempo, la señalización nos mete por el cauce seco de una torrentera inciclable, así que otra vez empujando la bici hasta que volvemos a un camino decente que pasa por el punto en el que el acueducto sale a la superficie, dónde las indicaciones nos llevan hasta Cella.

Indicaciones para llegar a Cella

La senda hasta Cella y a la Izda. el acueducto romano.


        Llegamos a Cella cuando llevamos recorridos casi 30 Km. desde Albarracín y es la una de la tarde, el calor ya hace tiempo que se a hecho presente y después del largo trozo senderista tomaremos un merecido descanso para reponer las fuerzas.

        Mientras Ricardo se queda de vigilante de las bicicletas en la plaza del ayuntamiento, yo subo por la escalinata hasta la oficina para el sellado de los salvoconductos, tuve que esperar un rato ya que un paisano estaba siendo atendido por la perdida de su cartera, después de un  rato tocó nuestro turno, y con ello el sellado del salvoconducto.


Plaza del Ayuntamiento de Cella.


 

Detalle de un mosaico en el ayuntamiento.
    

        En la misma plaza hay una terraza a la sombra que será la que nos sacie de sed y de alimento, un buen bocata y una fresquita cerveza y en esto que estábamos comiendo por los altavoces que están en lo alto del ayuntamiento sale unos acordes de una jota aragonesa, para dar paso a una locución avisando de la pérdida de la cartera del vecino de la localidad, una manera curiosa del aviso, por lo menos a mí no me había tocado verlo salvo en recintos como piscinas o playa.

        A las tres de la tarde salimos de Cella, a la salida por camino de tierra en buenas condiciones ya desaparecidas las casas del núcleo urbano aparecen las fincas y más adelante lo que parece una gran cantera.

Fabrica de áridos a las afueras de Cella.


            El camino es totalmente llano y ancho, en esto que vemos a lo lejos un cicloturista con alforjas viniendo hacia nosotros, cuando llegamos casi a la misma altura el cicloturista grita, si sois de Logroño, ostras si nos conoce, que casualidad, se llama Javi y es de nuestra tierra, nos conoció por llevar la ropa de nuestro grupo y así después de charlar un rato, seguimos cada uno por destinos distintos.

            

Javi, Ricardo y yo, coincidiendo en las cercanías de Cella.

            Seguimos el transitar por el camino que se convierte en el inicio de la vía de los ojos verdes, sin apenas desnivel no hace falta el empuje eléctrico y rodamos a buena velocidad, adelantamos a un cicloturista extranjero que a parte de las numerosas alforjas llevaba un carrito dónde iba su perrito, lo pasamos deseándole que llevara una buena ruta.

            En el cómodo tramo aparece al fondo a la derecha el aeropuerto de Teruel, un aeropuerto que es un apartadero de aeronaves para su mantenimiento, parece que se les ha quedado pequeño por la cantidad de aviones que se acumulan.

Aeropuerto de Teruel. (En el tema de aviones Teruel existe).

            Después de pasar por un paso inferior la carretera N-234 se abandon la vía verde y transitamos por el camino hasta que giramos a la la izquierda para llegar a Caudé, la entrada la hacemos por el puente de entrada a la población, aquí paramos un rato para refrescarnos en la fuente que está en un pequeño parque, al lado de su iglesia y de esta manera atacar los últimos compases hasta Teruel.

            A las tres y media Caudé parece un pueblo fantasma, no se ve a nadie, y es que el sol y el calor aprietan de lo lindo.

Entrada a Caudé

            
        Seguimos en el transcurrir de la etapa de hoy, salimos de Caudé por un camino que se estropea un poco que va paralelo al arroyo de Concud delimitado por los chopos de su ribera, llegamos a Concud, lo primero que vemos es una vieja y ruinosa construcción, se trata de un viejo horno de Cáñamo, más adelante vemos un mosaico cerámico de la fauna reinante en tiempos prehistóricos. 

Horno de cáñamo a la entrada de Concud.

Mosaico en Concud de la fauna existente en la zona hace 7 millones de años.


        Salimos de Concud, la última localidad por la que pasamos antes de Teruel, seguimos en nuestro transcurrir del camino de tierra para en apenas un kilómetro de asfalto volver al camino de tierra, desde una loma ya divisamos Teruel, entramos por un puente que pasa el río Alfambra, ahora buscamos la estación de ferrocarril ya que nuestro alojamiento está justo al lado.

Llegando al destino, Teruel al fondo.

        A las cuatro y media llegamos a nuestro alojamiento en Teruel, se trata el Hostal La Casona, después de guardar las bicicletas, asearnos y hacer la colada para el día siguiente, fuimos a la oficina de Información y Turismo, que aunque Ricardo ya había estado, nos dieron posible recorrido para realizar por el casco antiguo de Teruel.

        Teruel es pequeño y coqueto, no nos olvidamos de saludar al Torico, allí estaba en el alto de la columna, casi no lo veo, paseo por aquí paseo por allá, así fueron cayendo las horas y también alguna cervecita. 

Teruel - Escalinata de la plaza del Óvalo.

Teruel - Plaza del Torico.

Teruel - una de las torres Mudéjares.

        
        A lo largo de la tarde se van escuchando los truenos de una tormenta lejana pero que cada vez se oyen más cerca según va avanzando la tarde, el cielo se va tornando en un gris tirando hacia negro, así que después de estar en una terraza esperando para cenar, optamos por abandonar el lugar para ir a una zona más próxima al Hostal, eligiendo por una vez la mejor opción, la de cenar en el mismo Hostal.

        Vaya que si acertamos, al poco de sentarnos en la mesa del comedor llegó la tormenta, en poco rato cayó el diluvio universal y ya no paró hasta bien entrada la noche.      

Lluvia desde el resguardo del hostal.


        Lloviendo y con unos licores terminamos otro buen día de ruta en nuestro deambular por tierras aragonesas, con el transcurrir del día ya no nos acordamos del esfuerzo de empujar la bici entre Cea y Cella, pero si que se queda en nuestra retina los maravillosos paisajes rupestres de los pinares de Rodeno.

        Y mañana más.

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