9ª Etapa: Mondoñedo - Bahamonde.

 9 de Agosto de 2020.-


9ª Etapa: Mondoñedo - Bahamonde.



Distancia:     58.37 Km.
Altitud Ganada:  1077 metros.
Altitud Perdida: 796 metros.



Bonita corredoira con losetas de piedra.
  

      Buenos días, la etapa de hoy es un poco singular en lo que se refiere a perfil que nos toca, hasta ahora en las etapas que hemos hecho solían dejar para el final lo más duro de la etapa, sin embargo hoy las cosas cambian y el grueso del desnivel positivo lo tenemos al principio de la etapa, cabe decir que las rutas por tierras de Galicia son las que más quebraderos de cabeza me han llevado a la hora de planificar las rutas, entre la autonomía de nuestras e-bikes y los núcleos de población, que muchas son aldeas o simplemente casas aisladas sin un núcleo urbano definido, me hicieron dudar de las etapas elegidas pero de momento no hemos tenido ninguna complicación y todo va saliendo según lo planificado, la pena, la falta de peregrinos para ver algo más animado de El Camino.



A punto de salir.


Nos levantamos a eso de las siete y cuarto de la mañana, ya no hay ni rastro del numeroso grupo de chicos de la academia militar de Madrid que también hicieron noche aquí, se han portado bien han sido tan sigilosos que no nos hemos dado ni cuenta de que se marchaban.

Con todo preparado desayunamos en el mismo bar del hotel, charlamos un poco con el camarero, y con una buena impresión del sitio donde hemos pernoctado iniciamos la marcha, son las ocho y cuarto de la mañana, hoy el día esta nublado y con una fina lluvia que parece que es algo más que lo que escupe la niebla, atravesamos Mondoñedo por las conocidas calles que fueron exploradas el día anterior visitando el lugar.

Como vimos ayer existen dos variantes del camino Jacobeo, uno va por Abadín, Camino principal, que es nuevo y señalizado en el 2017 y el otro por Lousada 5Km más largo y es el llamado Camino complementario, nosotros cogeremos el Complementario, así que arrancamos.

El principio de la ruta nos hace sudar de lo lindo, aunque el camino esté asfaltado la pendiente es fuerte de narices, aún en el modo eco de la bicicleta para intentar no malgastar la batería se hace dura, aunque la niebla es intensa se intuye el verde del monte hasta la mismo borde del camino, un verde fuerte que denota que no le falta la humedad en esta zona aun estando en agosto.


Alejándonos de Mondoñero.


Una descripción de la parte del importante desnivel:

                En la primera pendiente en apenas 2,65 Kilómetros recorridos ascendemos 232 metros, un desnivel del 8,7%, casi nada. Esto hace que tengamos que darle duro a nuestra montura a pesar de ir asistidos, pero la cosa no termina aquí, sino que pasado el primer tramo llega el descanso por decir algo  porque el camino sigue ascendiendo, con menor porcentaje pero sube, en este momento se puede quitar la asistencia pero la velocidad de avance es escasamente nula apenas 6 o 7 Km/h y un sobreesfuerzo que no merece la pena, así recorreremos 7,7 Km para enfrentarnos a la siguiente pendiente, una fuerte subida de 2 Km con rampas increíblemente empinadas y así terminaría las primeras pendientes de la etapa.


Carretera de salida de Mondoñedo, un día de niebla.



              Seguimos con la crónica:


            La salida de Mondoñedo es por la calle Regueira en ascenso hasta que nos encontramos con la carretera local LU-P-3110, la  estrecha carretera se desenvuelve entre eucaliptos, pinares y verdes praderas, vemos que dejamos Mondoñedo y asoma allá abajo entre la niebla, el pedalear es algo incómodo a parte de la llovizna de la niebla, llevamos el chubasquero que nos protege de la lluvia, pero a la vez impide que nuestro sudor salga de nuestro cuerpo y se evapore, así que vamos totalmente calados.


Hórreo a pie de carretera.


            En los primeros kilómetros vemos entre la niebla al grupo de chavales que pernoctó en el mismo albergue, estaban varios de ellos en el suelo, en el primer momento pensamos que a alguno de ellos le habría dado algún calambre, pero en  realidad era que simplemente estaban descansando, juventud divino tesoro, un mito que se cae.


            Seguimos por la carretera local pasando por las aldeas de Barbeitas, Valiñadares, Maariz, Paadín, O Pedroso, En Lousada a diez kilómetros de Mondoñedo dejamos la comodidad del asfalto para atacar el último repecho descrito anteriormente, el camino está en buenas condiciones, es un camino de herradura con un piso bueno y firme, pasaremos por unas paredes, creemos que naturales en las que caerán unos hilos de agua en forma de cascaditas.


Torrentes de agua en las paredes de piedra.



            En la parte alta nos topamos con la autovía A-8 así que por un tramo vamos paralelos a ella,  hasta que cruzamos la carretera que va también paralela a ella es la N-634, para llegar a Gotán.

            En Gotán seguimos y a la salida de esta población pasamos por al lado de una industria transformadora de lácteos, quesos y demás, a un kilómetro escaso llegamos a Abadín, la villa que da nombre al concello, destaca su ayuntamiento por su fachada azul, a partir de ahora entramos en terra chá, que quiere decir tierra llana en gallego, de llana poco ya que es más bien un pequeño sube y baja constante, en estas tierras seguiremos pasando por verdes praderas y pastizales, son las Diez y media de la mañana y hemos recorrido 17Km.

             Avanzaremos cruzando un bonito camino que se mezcla con el verde de las inmediaciones, haciendo un tramo de gran belleza cruzaremos el río Anllo por un moderno puente de madera, ya llevamos un rato largo disfrutando de estos típicos paisajes gallegos, cuando pasamos por un hórreo con la indicación de que a 2Km hay un bar-restaurante, ideal para la parada de tentempié de la mañana.


Puente de madera para cruzar el río Anllo.


            Después del cruzar por un paso inferior la autovía y ya a pie de la carretera Nacional realizamos una pequeña parada en el Café O Barro en Martiñán, pincho y una caña para reanudar el camino con las energías renovadas, son las once y media de la mañana.


            Dejamos la Carretera Nacional en Martiñán, el camino es asfaltado pero bien integrado en el el paisaje, nos dirigimos hacia  el puente llamado Pontevella de Martiñán, que permite cruzar a la otra orilla del río Batán, este puente data del siglo XVII.


Puente Pontevella de Martiñán, que permite cruzar el río Batán


        Después el camino nos lleva hasta cruzar la N-634, nos encontraremos con el cementerio de Goiriz, un exponente de la contrucción funeraria gallega, los pináculos en forma de cruz destacan por encima del muro que lo rodea, el cura que se encontraba en las inmediaciones se acercó a nosotros al vernos sorprendidos por dicha construcción, y así nos contó que fue construido con piedra de las canteras de la zona, tambien destaca el color de la piedra gris y oscura debido al tiempo húmedo y lluvioso.  



Cementerio gótico de Goiriz, uno de los más importantes de la zona.

        Estamos casi tocando la magia de la Galicia profunda, pasaremos también ante un mudo y testigo crucero del paso de los peregrinos hacia su destino, es aquí donde el camino cambia de dirección, el camino se encuentra bordeado por losas encajadas que delimitan el paso del camino, estas losas se encuentran llenas de musgo lo que da una idea de la humedad que existe a lo largo del año.

Crucero en el camino.

             Dos kilómetros más adelante salimos a la Carretera Nacional en su viejo trazado ya que el trafico va por la circunvalación de Vilalba, después de una enorme rotonda atravesamos el polígono industrial y más adelante las casas se van haciendo más numerosas hasta que entramos en el casco urbano.

Por las calles de Vilalba.

        Nos adentramos en Vilalba, municipio y capital de la comarca de Tierra Cha, la primera parte es una calle larga y recta hasta que nos topamos con una pequeña plazuela con un singular árbol para cambiar de dirección, a esta altura también se encuentra el parador Nacional con la Torre de Andrade con los restos de la fortaleza de Vilalba.         
 

Torre de Andrade, Villalba.
            
        Aprovechamos el paso por la ciudad para rellenar nuestro bote en común y para hacer la compra para comer que se reducirá en unos bocatas con algo de fruta, entraremos en una pequeña tienda de ultramarinos, hace tiempo que perdimos la imagen de que la tendera use la balanza y anote en lápiz el precio del producto, el pan nos invitó a comprarlo en la panadería que había un poco más adelante, todo en el mismo tramo de la calle, observamos que aquí no se quieren pisar los gremios ya que la tiendita no vendía pan, la ciudad es un fenómeno extraño después de estar entre prados caminos y desconectado del resto de la gente, después de la "soledad" del camino vemos que existe otro tipo de bullicio, hoy es Domingo y eso se nota en la cantidad de gente que está de paseo, pudimos comprobar como la Benemérita supervisaba que todos los paisanos, incluidos nosotros, lleváramos nuestras mascarillas de obligado cumplimiento.

Grafiti con el Jabalí de "grandes" atributos.


        Después de hacer los recados abandonamos la recta calle para hacer un par de curvas en la zona vieja de la ciudad para salir de la ciudad, un grafiti con alegorías al camino y un jabalí con unos atributos un tanto especiales nos despide de la ciudad, según pasamos el mural que no es más que un muro que delimita un solar sin construcción, giramos a la derecha para volver a la tranquilidad del camino, poco a poco van cayendo los kilómetros y las horas es la una de la tarde y llevamos treinta y ocho Kilómetros.

Pasamos por zonas de pastos con buen ganado.

Indicaciones del camino.
 

            A cuatro kilómetros estábamos pasando por varias  piezas agrícolas, ganado y aisladas edificaciones, en el camino cobijados del sol por un frondoso bosque, paramos y preparamos los bocatas y nos disponemos a dar con ellos, bueno los bocadillos resultantes fueron tremendos, yo di con él, pero Richi dejo la mitad para más adelante, quizá pensando en la merienda o la cena.
Ricardo, saciando la sed.
 
            Seguimos dirección a Bahamonde, una fuente a pie del camino sirve para saciar la sed y rellenar los bidones de agua, más adelante cruzamos la autovía A-8 por un paso elevado y después nos asomaremos a la carretera 634 para volvernos a internar entre caminos ya asfaltados, pasaremos por las aldeas de, A Lamela, Penas, llegaremos a Bahamonde en un nudo entre la autovía y la carretera Nacional, buscamos el hostal Ruta Esmeralda, que estará pasados unos metros de Baamonde.

A pie de carretera se encuentra el Hostal Ruta esmeralda.
Después de hacer los quehaceres cotidianos y preparar las bicis para el día siguiente, nos vamos al pueblo donde saciamos la sed y algo para picar, luego dando paseo por la zona de la estación llegamos al área recreativa de Baamonde que se llama Cercud, lugar que en verano está adecuado para el baño y el esparcimiento a orillas del río Parga, un socio nos contó parte de la historia de la Sociedad, en la zona recreativa destaca un dolmen realizado con grandes rocas, que no tiene nada de prehistórico, sino que lo realizó un escultor de la zona con las piedras de alguna cantera de la zona.
Iglesia de Santiago en Baamonde.



            La cena la decidimos hacer en el mismo restaurante del complejo del hostal de la ruta esmeralda, la cena estuvo a la altura así como el trato del camarero, y con ello nos despedimos hasta mañana.

Área recreativa Cercud.

 Galicia no defrauda, tanto en paisajes como en su gente dónde parece que el tiempo se detuvo en aquellos tiempos difíciles de agricultura y ganadería entre pastizales y bosque autóctonos de eucaliptos, robles y castaños.



2 comentarios:

  1. Otra bonita etapa, llena de sorpresas. Esto si que es la Galicia profunda, pero maravillosa por las gentes y los lugares. Ya queda menos. Salud y esperanza. BARRANCAS

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  2. Bonitas rutas para disfrutar, paisajes, gente, compañía y ademas en bici, que más se puede pedir.

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