Etapa 11: Tordesillas - Palencia.

5 de Julio de 2023. 

Etapa 11: Tordesillas - Palencia.

Distancia:  91 km

Desnivel acumulado:  Positivo: 208 m. Negativo: 146 m.

Hora de Salida: 5:40 h.

Hora de Llegada: 14:00 h..

Tiempo empleado:  8 horas, 12 minutos, (Según Wikiloc).


Vista del puente medieval de Simancas sobre el rio Pisuerga (Valladolid).

        Al igual que la ruta de ayer, esta también también carece de señalización oficial, me basé en planos y rutas compartidas por ciclistas locales para trazarla manualmente. Sin embargo, gratamente descubrí que entre Valladolid y Palencia, sigue el curso del Canal de Castilla, un detalle que me sorprendió y que realmente me apetecía realizar, a parte de otras interesantes localidades para visitar y conocer.

Todo preparado para la ruta de hoy.

        Me levanto alrededor de las cinco de la mañana sin necesidad de usar el despertador y aunque el calor dejó de ser una preocupación hace un par de etapas, el hábito sigue haciendo que me despierte temprano, disfruto de un desayuno relajado, no tengo prisa, mi desayuno habitual consta de un café con leche acompañado de algo de bollería y al menos una pieza de fruta, todo ello comprado en el supermercado el día anterior.
Siluetas del camino a mi salida de Tordesillas.

        La salida de Tordesillas la hago por el paseo de Juana de Castilla I, que es paralela al rio Duero, en enseguida se termina la iluminación artificial y voy únicamente guiado por el Gps y la luz de mi foco, el paisaje parece sacado de una película de Hitchcock, con unas fuertes siluetas en un negro profundo.

        A ocho kilómetros aparece la primera población se trata de Sn Miguel del Pino, el día ya ha clareado un poco, en su plaza me encuentro con uno de sus moradores en bici que supongo que irá a trabajar por la ropa que lleva.
        
Plaza Mayor de la villa con las piedras de molino.


            El trinar de las golondrinas y el y el característico chasquido de las cigüeñas crean un bullicio en la madrugada, anunciando que el día está despertando, una vuelta por el centro de la localidad me lleva hasta la iglesia de San Miguel, claro está que cerrada a estas horas de esta manera me despido de este encantador pueblo vallisoletano dando una última vuelta alrededor de la iglesia.

        Continúo por la margen derecha del río Duero. El terreno es notablemente fértil; de hecho, en primer plano, se distinguen los canales y sistemas de riego utilizados para el cultivo de los campos de trigo en la región.

Campos de maíz en la zona a orillas del rio Duero.

        A unos escasos cuatro kilómetros de San Miguel, se encuentra Villamarciel. Esta localidad conserva la característica geometría de esos pueblos: casas amplias y de baja altura, probablemente habitadas en su mayoría por trabajadores de los campos cercanos. Estas tierras fértiles son beneficiadas por el riego proporcionado por el río Duero.

        En terreno totalmente llano, mi transcurrir es rápido pero a la vez tranquilo, no tengo prisa ningua, a los 22 kilómetros llego a la localidad de Simancas, entrando por una antigua harinera en el margen de rio.

Castillo de Simancas.

        Simancas es conocida por su imponente castillo, la fortaleza medieval alberga el Archivo General de Simancas, que es uno de los archivos históricos más relevantes de España, este archivo abarcan documentos desde el siglo XV hasta el XIX, incluyendo información sobre la administración colonial española en América. Además, Simancas tiene un casco antiguo dominado por su castillo con calles empedradas que invitan a pasear y explorar su historia y belleza arquitectónica.

La iglesia del Salvador en Simancas.


        Llegar al castillo fue todo un desafío en mi bicicleta, ya que las calles presentaban una pendiente marcada hasta llegar a lo alto de la fortaleza, por eso en el perfil de esta etapa, que en su mayoría es plana, destacan dos ascensos notables siendo uno de ellos la exigente subida hasta el Castillo de Simancas.

       El segundo ascenso corresponde a la salida de Simancas, en el tramo paralelo a la autovía A-62 que conduce a Valladolid, o más precisamente a Arroyo de la Encomienda, que sirve como antesala antes de llegar a la ciudad de Valladolid.

Parque del rio Pisuerga e Arroyo de la Encomienda.

        Arroyo de la Encomienda ha crecido mucho en población y desarrollo urbano, convirtiéndose en un área residencial popular para quienes trabajan en Valladolid pero en un entorno más tranquilo, su ubicación cerca del río Pisuerga brinda variadas oportunidades para las actividades al aire libre.

        En un principio, pensaba que estaba en Valladolid, mi trazado discurre por el Parque del Pisuerga, que está junto al río destaca por sus bellezas naturales y diversas actividades, con amplias áreas verdes, senderos para caminar o andar en bicicleta, juegos infantiles y zonas de picnic, es ideal para disfrutar del aire libre en un magnifico entorno. 

        Su cercanía al río y las vistas panorámicas hacen de este espacio un lugar perfecto para relajarse, disfrutar la naturaleza y escapar del bullicio urbano.

Zonas recreativas en el Parque del Pisuerga en Arroyo de la Encomienda.

        Al salir del parque, ingreso a Valladolid por la avenida de Salamanca, una amplia vía que me da la bienvenida a la ciudad con su amplitud, en esta ocasión, sigo el carril bici a lo largo de esta extensa avenida. Después de recorrer cinco kilómetros, abandono la avenida para tomar a la izquierda la Avenida de Gijón, donde accedo al Canal de Castilla.

Canal de Castilla en Valladolid.

        Justo en la entrada del canal de Castilla, se despliega la dársena que guarda consigo los vestigios históricos de la actividad náutica del pasado, esta escena revela grúas y almacenes que atestiguan el movimiento de materiales durante la época dorada del canal. 

        Estos elementos arquitectónicos rescatan la esencia y la vitalidad de aquellos tiempos remotos en los que el canal era un centro neurálgico de intercambio y transporte de mercancías.

Grúa en la dársena del Canal de Castilla en Valladolid.

         El ramal del Canal de Castilla que transcurre entre las localidades entre Valladolid y Palencia es el Ramal del Sur o Ramal del Campos, este tramo específico del canal es una de las ramificaciones más importantes de todo el sistema del Canal de Castilla, y atraviesa diversas localidades como Cabezón de Pisuerga, Cigales, Trigueros del Valle, y se extiende hasta llegar a Palencia.

        Aún quedan aproximadamente 52 kilómetros hasta Palencia, con un suave y constante desnivel positivo, esto significa que será necesario pedalear de manera continua y suave, aunque algunas paradas en antiguas fábricas de harina, esclusas o puentes proporcionarán breves momentos de descanso.

        
Fabrica de Harinas abandonada entre Corcos y Aguilarejo, junto al Canal de Castilla.

       A lo largo del recorrido paralelo al Canal, me cruzo con numerosos senderistas, pescadores y algún que otro bicigrino. También voy pasando por diversas esclusas, cuyos paneles informativos detallan su funcionamiento.
        
A lo largo del Canal de Castilla se realizan un sin fin de actividades.

        Después de unos 33 kilómetros desde Valladolid, llego a la localidad de Dueñas. Son casi las doce de la mañana y al ser un núcleo poblacional grande, confío en encontrar un lugar para recuperar un poco las fuerzas gastadas a lo largo del día.

        Dueñas se ubica en la frontera entre las comarcas naturales de Tierra de Campos y El Cerrato, formando parte del sur de la provincia de Palencia, en los límites con Valladolid. Esta localidad está estratégicamente posicionada entre ambas capitales, a solo 17 kilómetros de Palencia y a 33 kilómetros de Valladolid.

Puerta de los Remedios, en Dueñas (Palencia).

        Dejo por un momento el curso del canal de Castilla para adentrarme en esta hermosa ciudad medieval, lo primero que me encuentro es el la puerta de entrada de la Ermita en la muralla, conocida como Ojo de la Virgen o Puerta de los Remedios situada junto al Arroyo Valdesanjuan, en cuyo interior se encuentra la ermita de Nuestra Señora de los Remedios.

        Me adentro en el centro de la ciudad Dueñas por su valioso conjunto artístico, destacando su magnífico hermosa iglesia de Santa María y alguna joya arquitectónica que refleja la historia y la belleza de la ciudad.
La iglesia de Santa María de la Asunción en la Plaza de la Paz de Dueñas.

                Me llama la atención la iglesia de Santa María de la Asunción en la Plaza de la Paz de Dueñas, visité su impresionante interior, siendo una impresionante obra de estilo gótico-renacentista, destacando por su imponente torre y su hermosa fachada, donde se combinan elementos decorativos únicos y una historia rica en detalles arquitectónicos.

Monumento dedicado al Botijo, Dueñas ( Palencia).

        Antes de partir definitivamente de Dueñas, busco un lugar para reponer energías. Encuentro un acogedor bar donde pido una refrescante cerveza fría y un sabroso bocadillo que satisfacen mi sed y apetito, preparándome para el trayecto hacia la cercana Palencia.

        Continúo mi ruta desde el punto donde la dejé, avanzando a lo largo del Canal, sigo descubriendo a mi paso vestigios de su historia pasada, como antiguas fábricas de harina, impulsadas por ruedas de agua que activaban el proceso de molienda.

Fábrica de Harinas La Estrella de Castilla.

        
Mi bici con alforjas en una parada en las numerosas esclusas del Canal.

        La última localidad antes de llegar a Palencia es Villamuriel de Cerrato, Villamuriel se emplaza a 7 km de la capital, enmarcada como bien indica su denominación en la histórica comarca del Cerrato, en este tramo cambio el recorrido por el otro margen del canal, justo donde se encuentra otra Harinera en estado de abandono y ruinoso.

Otra Harinera abandonada esta vez en Villamuriel de Cerrato.

        Poco antes de llegar a Palencia, el margen del Canal se ve interceptado por la carretera local PP-9011, conocida como la carretera del Monte, en ese tramo, prosigo mi camino por el carril bici habilitado en su arcén.

        Enseguida, atravieso el puente Mayor sobre el río Carrión adentrándome en la ciudad de Palencia, conocida por su rica herencia arquitectónica que se remonta desde la época romana hasta la medieval, Palencia destaca por su majestuosa Catedral gótica y su encantador ambiente de ciudad pequeña, adornado con plazas pintorescas. Es un lugar sereno que rezuma historia y una atmósfera acogedora.

Entrada a Palencia por el puente Mayor sobre el río Carrión

        A los pocos metros encuentro el alojamiento de hoy, se trata del Hotel Monclús, ubicado en el corazón de la ciudad, este modesto hotel de dos estrellas está a solo 3 minutos a pie de las tranquilas orillas del río Carrión y a tan solo 6 minutos de la catedral gótica de Palencia, y cerca de las tiendas de la concurrida plaza Isabel la Católica.

        El trato de la recepción fue inmejorable, me dijeron dónde podía dejar la bici además de indicarme un lugar para comer una vez que hubiese terminado de acomodarme en la habitación.

Habitación del hotel en Palencia.

        Se trata de el Restaurante María Cristina, un restaurante con el menú del día económico, pienso que alguno de los comensales que aquí se encontraban eran clientes habituales, un lugar en el que se sirve el menú del día para trabajadores de la zona, a parte de la correspondiente carta.
Mesa en el restaurante María Cristina en Palencia.


        Después de disfrutar de una breve siesta para recargar energías, me dirigí al centro de la ciudad mientras paseaba por las calles me topé con el Convento de las Agustinas Recoletas y luego llegué a la Plaza de la Inmaculada, en este lugar se alza la Catedral de San Antolín, la tercera catedral más grande de España.

       Es una lástima que, por escasos minutos, no pudiera acceder al interior de la Catedral después de maravillarme con su imponente exterior gótico, aunque esto me decepcionó un poco no me detuvo para seguir explorando la ciudad, como la plaza con la escultura al Maestro para luego caminar hasta llegar a la Plaza del Ayuntamiento.

La imponente Catedral de Palencia.

Monumento al Maestro en la Plaza de la Inmaculada.

El ayuntamiento de Palencia.

Los Cuatro Cantones es uno de los puntos más populares de la ciudad de Palencia

         Las calles cercanas rebosaban de tiendas de grandes marcas, así como cafeterías y cervecerías, lugares perfectos para sumergirse en esta encantadora capital provincial y disfrutar de su ambiente.

        Después de este extenso paseo, decidí comprar algo para el desayuno y también para llevar algo en las alforjas que me sirvan para reponer energías para el día siguiente, más tarde, sin dudarlo, cené en el mismo restaurante donde había almorzado. Siempre que recibes un buen trato en un lugar, a veces es mejor no arriesgarse a probar otro, digo yo.

Calle Mayor de Palencia.

        Un día más que termina, un día bastante interesante, descubriendo la ciudad de Simancas, el canal de castilla y Palencia, así como otras pequeñas localidades que bien merecen una visita, españa está llena de regalos para nuestros ojos y también para adentrarse en su historia, esta etapa como otras tantas Esta experiencia, como muchas otras, dejará una marca significativa en mi curiosidad por seguir  descubriendo cosas.

        Con esto y después de editar el vídeo como hago diariamente doy por terminada la jornada, mañana la ruta me llevará hasta Burgos, ¿Qué me deparará el día?, mañana lo sabré.

Buenas Noches.

Etapa 10: Aldealengua (Salamanca) - Tordesillas.

  4 de Julio de 2023. 

Etapa 10: Aldealengua (Salamanca) - Tordesillas.

Distancia:  93 km

Desnivel acumulado:  Positivo: 422 m. Negativo: 519 m.

Hora de Salida: 5:46 h.

Hora de Llegada: 12:30 h..

Tiempo empleado:  6 horas, 44 minutos, (Según Wikiloc).


Tordesillas, fin de la etapa de hoy.

        A las seis de la mañana del martes tres de julio, me levanto sin necesidad de usar el despertador, así que preparo mi desayuno: una taza de café con leche acompañada por dos piezas de bollería que compré ayer en la única tienda de Aldealengua.

        Como mi bicicleta durmió en la recepción del hotel que se encuentra cerrada por la noche, ya la tenía equipada con todos los accesorios necesarios para comenzar la ruta, a excepción de las alforjas, el foco y el piloto trasero, el GPS y la cámara GoPro ya estaban instalados, lo que me permitía ahorrar algo de tiempo a la hora de mi partida.

Con todo preparado para la ruta de hoy.

        La ruta de hoy es totalmente desconocida, no existe ninguna ruta que esté señalizada, sino que es una unión que he hecho ayudándome de los mapas para unir estas dos localidades así que no existirán flechas o indicaciones, sin embargo me cruzaré con dos caminos de Santiago, el primero en Nava del Rey con el ramal del  Camino de Levante, y otro punto es al final de la etapa en Tordesillas a través del Camino del Sureste.

Detrás de mí la luna casi llena dominaba la oscuridad de la noche.

       Salgo por las escasamente iluminadas calles de Aldealengua que me reciben con una ligera pendiente al inicio de mi ruta, rápidamente  me adentro en los caminos de concentración parcelaria, rodeado por los ondulantes campos de cereales que flanquean mi trayecto, en estas primeras horas de la madrugada me encuentro con un todoterreno, que tal vez  sea el encargado de supervisar el riego en estos extensos campos.

        Los senderos que atravieso son notoriamente accesibles, con una topografía casi plana, característica común de estos caminos de concentración parcelaria.

        Tras cubrir aproximadamente cinco kilómetros, alcanzo Aldearrubia, el primer punto de referencia en mi recorrido de hoy, la oscuridad aún envuelve la localidad, lo que me lleva a transitar por el centro con una especie de sigilo, como si fuera un forastero respetuoso del sueño de sus habitantes.

En los alrededores de Aldearrubia, el amanecer aún se resiste en la oscuridad de la noche.

        Rodeado de campos de cereal sigo con mi caminar, poco a poco el horizonte va clareando y mi destino hacia el Este se van descubriendo los tonos anaranjados del amanecer, en la penumbra van apareciendo sombras de estructuras para el riego de los extensos campos, cuya importancia es vital para la fertilidad de la tierra y la abundancia de sus cosechas.

       A doce kilómetros de distancia, llego a la segunda localidad en mi travesía, Pitiegua. Son casi las siete de la mañana y me recibe la distintiva silueta del campanario de la iglesia de San Miguel, esta silueta está adornada por las cigüeñas que habitan en sus nidos, creando una estampa curiosa y encantadora. 

Iglesia de San Miguel en Pitiegua, (Salamanca).

       Al dejar atrás Pitiegua, el paisaje se transforma en extensos campos amarillos de cereal. Hasta este momento, la oscuridad de la noche ha dificultado distinguir claramente los tipos de campos; hasta ahora, predominaban los de regadío, mayormente verdes. Sin embargo, ahora se revelan los dorados campos de cereal. Tras recorrer cuatro kilómetros, me topo con otra localidad en mi ruta: Villanueva de los Pavones. Son las siete de la mañana y el sol naciente comienza a asomarse en el horizonte, iluminando mi camino, aunque es muy temprano me cruzo con los primeros habitantes, madrugadores, que aprovechan las primeras horas del día para dar su paseo matutino.

Amanece en los campos de Salamanca.
        
         A unos cuantos kilómetros más adelante, atravieso Espino de la Orbada, un pequeño municipio que comparte la misma esencia de tranquilidad rural que los lugares anteriores. Ubicado en la apacible comarca de La Armuña, en la provincia de Salamanca, estos pueblos encarnan el encanto característico de las localidades castellanas.

Un pequeño rodeo a la Iglesia de San Andrés en Olmo de la Guareña (Zamora).

        A una distancia de treinta y tres kilómetros desde mi punto de partida, se encuentra Olmo de la Guareña, una localidad perteneciente al municipio de Vallesa de la Guareña, en la provincia de Zamora.

        Este lugar está enclavado en la comarca de La Guareña, reconocida por su topografía de altiplanicie con una cota media de entre 800 y 820 metros, salpicada por pequeñas elevaciones y un amplio valle por el cual serpentea el río Guareña. Está rodeado de campos agrícolas destinados al cultivo de cereal de secano, así como áreas dedicadas a cultivos de regadío y viñedos.

 La Guareña se caracteriza por su geografía de altiplanicie, su valle fluvial.

        Transito por la comarca de Guareña tocando la provincia de Zamora, cruzo el río Guareña, que aunque lleva poca agua, hace que el paisaje cambie por un momento dando la sombra y vegetación ofreciendo un cambio de color entre los campos de cereal. Los campos de La Guareña están dedicados principalmente al cultivo de cereal de secano, lo que implica cultivos como trigo, cebada o centeno, y también cuenta con áreas de cultivos de regadío, lo que permite el desarrollo de productos agrícolas más diversos. Además, la viticultura es una actividad significativa en la comarca, con viñedos que producen vinos de calidad.

        Con la luz del día adueñándose del paisaje, mientras avanzo por caminos bien cuidados y concentrado en mi recorrido, diviso a lo lejos lo que parecen ser dos imponentes torres que resaltan en el horizonte. No logro distinguir su naturaleza, pero su imponente altura sugiere que son estructuras de dimensiones gigantescas, sobresaliendo por encima de todo lo que las rodea.

Dos torres emergen del horizonte, se trata de Alaejos (Valladolid).

        
        Aunque las torres de San Pedro y Santa María, son el distintivo que otorga a Alaejos el apodo de 'el pueblo de las dos 'giraldas'', lamentablemente están un poco apartadas de mi ruta planificada y a pesar de que merecen una visita, decido continuar por el camino que tenía previsto.

        Después de dejar atrás la localidad de Alaejos, el paisaje se transforma, alternando entre campos de cereal y viñedos de la zona, en la distancia diviso una pequeña elevación montañosa que se asemeja a una pequeña cordillera. Antes de enfrentarme su pendiente, me encuentro con las ruinas de un cortijo y nada más dejarlo debo atravesar el seco lecho del Río Trabancos, desde su seco cauce me enfrento a la pequeña dificultad de identificar la continuación de la ruta, ya que debo encontrar la entrada por una senda apenas marcada en el terreno, lo que me obliga a detenerme y buscar el camino adecuado a seguir.

Cortijo en ruinas en la vega del río Trabancos.

En el seco cauce del rio Trabancos buscando la senda de izquierda.

        Una vez que he retomado el camino, éste prosigue por otras pequeñas construcciones denominadas casas de aperos, voy ascendiendo por la colina, el terreno se puebla de pinos salteador en el terreno, el camino casi borrado de su poco tránsito sigue convirtiéndose en arena haciendo que este tramo sea, aunque corto, el que más dureza tenga de la etapa.

Casa de aperos en mi transitar por la zona del Rio Trabancos.

        El reloj marca las diez de la mañana y ya he cubierto sesenta kilómetros de esta etapa, calculo que me quedan alrededor de treinta para llegar a Tordesillas. En este momento, alcanzo la localidad de Nava del Rey, un lugar animado con un bullicio notable en sus calles, lo primero que me llama la atención es encontrarme, en el primer cruce con la calle principal, una flecha amarilla, símbolo inequívoco de que el Camino de Santiago atraviesa la ciudad descubro más tarde que se trata del Camino de Levante, es  reconfortante encontrarse con señales que conectan con el trazado alguna vez recorrido por peregrinos, aunque sea por un breve instante.

Iglesia de los Santos Juanes en Nava del Rey, Valladolid.

        Una pequeña vuelta para ver centro de la ciudad y su patrimonio, un lugar fascinante que merece ser descubiertoEs el momento perfecto para hacer una pausa, descansar y saborear cada instante, haciendo que estos momentos sean aún más intensos y memorables, momento que aprovecharé para localizar un alojamiento en Tordesillas y reservar para mi llegada.
        
Parada en Nava del Rey.

        Después de estar un ratito saboreando mi pequeño tentempié, es el momento de seguir con la aventura, saliendo de Nava del Rey por su arteria principal, un edifico me llama la atención resultando bastante curiosa su antigua utilidad, se trata de un nevera, lugar donde antiguamente se guardaba la nieve prensada para la extracción del hielo y cuya finalidad es conservarlo para poderlo usar posteriormente, me resultó bastante curioso ya que hasta la fecha, los neveros naturales los conocía como excavaciones realizadas en el terreno recubiertos de muros de piedra, pero no como una edificación, donde dentro se haya el propio nevero.

Nevero o pozo de nieve en Nava del Rey.

       Dejo atrás la ciudad de Nava del Rey y ahora los paisajes cambian, alternando entre campos de cereal y extensas áreas de viñedos. Me adentro en la zona vitivinícola de la denominación de origen de Rueda.

        En esta fase final de la etapa transcurre por parte de la Cañada de Pollos después de pasar bajo las vías del ferrocarril mediante un paso inferior , continuando el camino paralelo a otra línea ferroviaria para luego cruzarla por un paso a nivel.

Viñedos de Rueda entre Nava del Rey y Tordesillas.

         Ahora el camino va en paralelo a la autovía de Castilla A-62, y aunque el recorrido es ágil, este se ralentiza por los bancos de arena existentes en una zona entre pinares.
        
Camino paralelo a la autovía A-62.

Zona de pinares en los alrededores de Tordesillas.

        A las doce y veinte del mediodía, tras haber recorrido 93 kilómetros, llego al puente de acceso a la ciudad de Tordesillas, una flecha del Camino de Santiago me da la bienvenida, señalando que por aquí transcurre el Camino del Suroeste, que se unirá posteriormente al Camino Francés.

        Queda grabada en mi memoria una hermosa imagen: la entrada a Tordesillas a través del puente medieval que cruza sobre el río Duero.

El Rio Duero a su paso por el puente medieval de Tordesillas.

        En la entrada a Tordesillas, cambio el GPS de montaña, por la aplicación del Google maps para que me dirija directamente al alojamiento de hoy, en esta ocasión es el hotel El Tratado, está cerca de la estación de autobuses, y cerca del centro de Tordesillas.

Esta noche la bici dormirá conmigo.

        En esta ocasión me dejaron meter la bici en la habitación sin ponerme ninguna pega, y después del aseo y de tender la ropa, bajé a la recepción con la intención de preguntar por algún lugar que dieran bien de comer y que no fuera su precio excesivo.

Mural de Tordesillas en el Restaurante.

        Así me lo hicieron saber, me indicaron la dirección del restaurante Duque II, algunas veces o casi todas es bueno dejarte dirigir por las experiencias de las gentes del lugar.

        Después de una merecida siesta, llega el turno de dar una vuelta para conocer un poco de la ciudad de Tordesillas, Tordesillas es una ciudad conocida por su relevancia histórica durante el reinado de Isabel la Católica. En esta ciudad se firmaron los Tratados de Tordesillas en 1494, que dividieron el mundo conocido entre España y Portugal. Este acuerdo influyó significativamente en la exploración y colonización de América. Además de su historia, Tordesillas también destaca por su arquitectura medieval y por ser un punto de interés en el Camino de Santiago.

Plaza mayor de Tordesillas.

        En la actualidad Tordesillas es conocido por el "Toro de la Vega" que era un evento controversial donde se perseguía a un toro por las calles hasta una llanura donde se permitía su lanceamiento, en septiembre de 2016, el gobierno regional de Castilla y León prohibió la muerte del toro durante este evento, cambiando significativamente su formato tradicional.

Monumento al Toro de Tordesillas.

Interior de un palacete en ruinas en Tordesillas.

 Desfile de Farolillos, cuya tradición se remonta a la Edad Media

       Hoy ha sido un día intenso, y no dejo de sorprenderme con los pueblos, localidades y ciudades por los que he pasado. Cada uno tiene algo único que enseñar. Además, resalto la experiencia de viajar en bicicleta por caminos secundarios. Esta elección, alejada de la rapidez de las carreteras y autovías, me sumerge en una España tranquila, lejos del estrés de las grandes ciudades.

        El día va llegando a su termino y hay que cenar, para la cena comeré algo en los restaurantes que hay más cercanos al hotel, una vez que termine iré a la habitación dónde ultimaré el recorrido de mañana que me llevará hasta la ciudad d Palencia, pero eso será mañana.

Hasta mañana.