Etapa 12: Palencia - Burgos.

6 de Julio de 2023. 

Etapa 12: Palencia - Burgos.

Distancia:  102 km

Desnivel acumulado:  Positivo: 595 m. Negativo: 474 m.

Hora de Salida: 6:00 h.

Hora de Llegada: 15:30 h..

Tiempo empleado:  9 horas, 09 minutos, (Según Wikiloc).



Ruinas de Santa Eulalia de Palenzuela en Palenzuela (Palencia).

        La etapa de hoy al igual que la de ayer, no está definida por ninguna ruta conocida que se pueda seguir por flechas, como pueda ser el Camino de Santiago, GR, o similar, así que la aventura esta servida, la etapa fue creada en casa con ayuda de algún compañero en bicicleta de montaña que trazó su ruta en la app de Wikiloc.

Comenzamos con la etapa:

En la puertas del Hotel de Palencia, dispuesto para la marcha.

        Hacia las seis y media de la mañana ya me encuentro en la calle al lado del hotel con todo preparado, ya he desayunado en la habitación, ya que estoy acostumbrado que a estas horas de la mañana ni en el alojamiento ni ningún local por los alrededores esté abierto para el desayuno.

        Con los buenos deseos del vigilante nocturno del hotel inicio la andadura por una Palencia dormida a estas horas de la madrugada, solamente algún camión o máquina de la limpieza perturba el silencio nocturno.

Palencia de noche.

        El día anterior metí en el GPS las coordenadas de salida de la ciudad, allá por el cementerio municipal, saliendo de este punto las luces de la ciudad me abandonan dejándome guiar únicamente por la luz de mi gran foco y cómo no del GPS.

        Después de pasar por el túnel que cruza la autopista A-68, me encuentro con una colina de considerable altura, situada entre los montes de Magaz y Villalobón, esta elevación se alza desde los 474 metros de altitud de Palencia hasta los 868 metros en apenas tres kilómetros de ascenso, llevándome hasta la meseta del Canto del Vizcaíno.

Subiendo la colina con la ciudad de Palencia al fondo.

        Esta meseta, con alrededor de dos kilómetros y medio de longitud, una vez arriba desciende por la otra vertiente por el Pico de las Quebradas, desde luego una notable prominencia en el terreno para iniciar la ruta.

        El descenso es rápido, en este tramo no pierdo la vista del GPS ya que el cruce al que hay que girar a la izquierda se acerca con rapidez, tanto como la velocidad que alcanzo.

El amanecer se va abriéndose paso a paso desplazando la oscuridad de la noche,

        Esta parte del recorrido tiene buenos caminos con pequeños desniveles que suben y bajan, poco a poco el sol se va abriendo paso en el horizonte, y como voy hacia el este su color anaranjado me pilla totalmente de frente.

        A veinte kilómetros de Palencia llego a la primera población, se trata de Torquemada, Torquemada es una ciudad de alrededor de 1,000 habitantes, conocida por su rica historia, su patrimonio histórico, incluye la Iglesia de San Juan Bautista y el Castillo de los Duques de Alburquerque.

Iglesia de Santa Eulalia en Torquemada, Palencia.

        Son las ocho y media de la mañana, y no me encuentro con ningún lugareño, parece que en esta época estival todavía es temprano para que comience la actividad.

        Después de pasar por la plaza del ayuntamiento, llego al puente romano que me servirá para cruzar el rio Pisuerga, este puente a pesar de no ser de origen romano, su estructura conserva elementos arquitectónicos que evocan esa época, lo que ha llevado a la tradición local a referirse a él como el "Puente Romano", el puente de Torquemada es uno de los más grandes de los que se pueden admirar dentro de la Comunidad de Castilla y León, está conformado por veinticinco ojos o arcos, que comunican la villa de Torquemada con la margen izquierda del río Pisuerga

Puente "romano" sobre el Rio Pisuerga en Torquemada.

        Paso por el impresionante puente para cruzar a la otra orilla del río, ahora sigo, como hasta ahora, por buenos caminos rodeado de cereales y algún que otro campo de girasoles y de lavanda, con su característico colorido y aroma, los campos de lavanda rebosan vida, albergando una bulliciosa comunidad de insectos: mariquitas, abejorros y otros seres que desempeñan su vital papel en la naturaleza.

Extensos campos de Lavanda entre Trujillo y Palenzuela.

        Me cruzo con grandes tractores, símbolo de las grandes extensiones de labranza y recolección de los extensos terrenos por los que voy transitando, me sitúo cerca de la carretera o autovía A-62 de Palencia a Burgos, a lo lejos oigo el ruido del tráfico que por ahí transita, después cruzo por medio de un puente el ferrocarril que une estas dos ciudades, y a lo lejos se adivina a ver otra población en este caso se trata de la villa de Palenzuela, incluido en la comarca del Cerrato.

Vista de Palenzuela desde el Convento de San Francisco.


Ruinas del Convento de San Francisco en Palenzuela.

        Después de cruzar el rio Arlanzón y antes de entrar en el casco urbano se encuentran las ruinas del Convento de San Francisco en Palenzuela, un lugar que me despierta gran curiosidad, este es un lugar histórico de relevancia, utilizado por el rey Juan II para las Cortes de Castilla en 1425, se encuentra en un estado totalmente ruinoso, a pesar de ello, sigue en pie como queriendo ofrecer resistencia al paso del tiempo.

        Palenzuela no dejará de sorprenderme por su legado histórico y las ruinas que alberga como el ya mencionado Convento de San Francisco, las ruinas del castillo de la que quedan en pie sus tres altas torres, la Iglesia de Santa Eulalia que aunque está totalmente vaciada mantiene toda la estructura gótica, a lo que hay que unir a la iglesia de San Juan Bautista y la torre del reloj al lado de ayuntamiento.

Castillo de Palenzuela.

Torre del reloj, ayuntamiento y museo, Palenzuela.

Iglesia de San Juan Bautista en Palenzuela.

        Gratamente sorprendido por la riqueza arquitectónica me despido de este singular lugar, que si no fuese por el medio de transporte que me muevo no creo que lo hubiera descubierto, al igual que otras tantas a lo largo de este viaje.

        La salida es por un breve descenso que sirve para retomar en camino después de este descanso, pasaré cerca de la población de Villodrigo, pero no llegaré a cruzar el puente de acceso a esta localidad, el camino transcurre ahora a orillas del río Arlanzón, la fisonomía de secano de terreno cambia en este momento, tornándose verde por la ribera del rio.

Río Arlanzón en Villodrigo en la comarca de Tierra de Campos (Palencia).
        
        Siguiendo el camino a pocos kilómetros a unos cuatro kilómetros de Villodrigo, paso por la localidad de Villaverde de Mogina, ya estoy en la provincia de Burgos, antes de llegar a esta población, una ermita, La de la Virgen de la Vega, indica que estamos a pocos metros de la citada población.
        
Ermita de la Virgen de la Vega en Villaverde Mogina (Burgos).

       Villaverde de Mogina es una localidad que se encuentra en la comarca de La Bureba, en la provincia de Burgos, es un pueblo pequeño como los que me estoy encontrando.

        El entorno que rodea a Villaverde de Mogina es el típico de la región, con paisajes de campos agrícolas, basado también en la actividad agrícola y ganadera, con cultivos de cereales y viñedos.

En términos de patrimonio, el pueblo cuenta con la Iglesia de San Pedro Apóstol, un templo de estilo románico que data del siglo XII.

Villaverde de Mogina, en la comarca de La Bureba, provincia de Burgos.

        Es alrededor del mediodía, parece que he recorrido mucha distancia pero apenas he completado la mitad de la ruta planeada para hoy, decido adentrarme un poco en el centro de la localidad, es entonces cuando diviso la fuente en la plaza del pueblo. Es el lugar perfecto para reponer agua, así que aprovecho la oportunidad para refrescarme un poco.

        El sol a estas horas, sin hacer mucho calor deja un paisaje plano, las luz incide con fuerza apagando el espectro cromático de la zona

Iglesia de San Juan de Villazoquete, Burgos.
              
        A cinco kilómetros de distancia se sitúa Villazoquete, una pequeña localidad en la que destaca su iglesia de San Juan. Esta localidad está cercana a la Autovía de Burgos A-62, en este punto, atravieso tanto las vías del tren como la autovía para continuar por la vía de servicio de esta última.

        En este momento, comienzo a tener problemas con la tecnología de la bicicleta, todo empieza cuando circulando en paralelo a la autovía y me enfrento a un desnivel que requiere un impulso adicional del motor, hasta este punto, he avanzado más o menos sin necesitar esta ayuda, pero ahora noto que el motor no está funcionando, al verificar los indicadores LED, ninguno señala ningún tipo de  problema, sin embargo, la bicicleta no responde.

Cerca de Villazoquete en un tramo de vía de servicio de la Autovía A-62

        Decido detenerme y revisar lo que sucede. Al intentar acceder a la tapa de la batería para retirarla, descubro que esta ha desaparecido, no está, se ha desprendido en algún momento durante los setenta kilómetros que he completado hasta ahora, miro hacia atrás e incluso retrocedo unos metros para intentar recuperarla, pero es en vano. 
        
        No tengo ni idea de cuándo pudo ocurrir esto, no recuerdo ningún golpe o situación brusca que pudiera haber causado la caída de la tapa, a menos que al salir de Palencia haya bajado algún bordillo que unido a que no la hubiera encajado bien podría haber sido el motivo de su pérdida, también reviso las fotos que he tomado, pero ninguna incluye la bicicleta completa.

Así que me veo obligado a dejar de lado la tapa y continuar con el plan inicial: retirar y volver a colocar la batería, es decir, resetear la bicicleta.

        Por fortuna, esto es aplicable a todos los campos donde la informática está presente, el motor de la bici responde en condiciones, sigo pedaleando, pero a partir de aquí voy con la intranquilidad de no llevar la batería cubierta, aunque ésta sea una simple tapa que lo único que hace es de guardapolvo.

Antiguo lavadero de Celada del Camino.

       Continuando mi recorrido, dejo atrás la cercanía con la autovía al pasar por Celada del Camino durante mi paso por este pueblo, pude apreciar el recién remodelado frontón, así como un antiguo lavadero con agua cristalina, hogar de ranas y renacuajos, un indicativo de la pureza del agua, algo poco común en la actualidad.

        Luego, en Villavieja de Muñó, decido hacer una parada para recobrar energías y calmarme por la pérdida de la tapa, a la que logro encontrar una solución provisional utilizando el film que suelo llevar siempre conmigo en estas aventuras.

Apaño con film de plástico para cubrir la batería de mi bici.

           Es la una de la tarde y mi parada al lado de la fuente del pueblo y mientras disfrutaba del bocadillo que preparé con los víveres comprados el día anterior, me percaté de la profunda soledad del lugar, no había señal alguna de presencia humana en los alrededores cuando, de repente, una puerta se abrió, de ella salió una mujer que, entre la tarea de recoger la ropa tendida, compartió con preocupación la sombría perspectiva que aguarda a esta villa, al igual que a otras de la región, explicó cómo poco a poco van perdiendo habitantes y también del problema de la falta de oportunidades de futuro para los
jóvenes son escasas a favor de las grandes ciudades.

Fuente de Villavieja de Muñó, (Burgos).

        Quedan aproximadamente veinte kilómetros de la ruta de hoy, así que salgo de Villavieja para afrontar los últimos kilómetros de la ruta de hoy, llegaré a la localidad de Cavía y Buniel, de ésta última me impactó la cantidad de edificios a medio construir, aparentemente víctimas de la crisis inmobiliaria y una planificación urbana deficiente. Una enorme urbanización quedó completamente paralizada, dejando a la vista edificaciones incompletas, vandalizadas y a merced de las inclemencias del tiempo. Estos esqueletos de edificios no cumplen otra función que desmejorar el paisaje de la zona.

Ayuntamiento de Cavía (Burgos).


        Sorprendido por esta visión fantasmagórica paso por la localidad de Villacienzo, a estas horas, es un lugar tranquilo, aunque la modernidad de sus edificaciones denota que nos vamos acercando a la ciudad, son las dos de la tarde y a la altura del polideportivo municipal encuentro un bar abierto, con una par de chicos de clientes, un buen lugar para realizar una parada y tomar un buen refresco.

Parada para tomar un refresco en Villacienzo, (Burgos).

        Aprovecho la ocasión para buscar alojamiento en Burgos, aprovechando a aplicación de búsqueda de alojamientos, localizo un pequeño hostal en el centro de la ciudad, ya solo que da llegar a la ciudad de Burgos.

        Quedan ocho kilómetros para llegar a Burgos y el camino se vuelve algo irregular en las proximidades, discurro por tierras abandonadas, mientras el cielo adquiere un tono grisáceo y unas gotas de lluvia comienzan a caer, estas son las primeras lluvias desde que empecé mi trayecto en Málaga, sin embargo, tras estas primeras gotas, la lluvia cesa convirtiendo este evento meteorológico en una mera curiosidad.

Tierras en los alrededores de la ciudad de Burgos.

        La entrada a la ciudad la realizo por la carretera nacional N-120, que tras un kilómetro hago la entrada a la ciudad por el barrio de El Pilar donde coincidido, en sentido contrario, con el Camino de Santiago, para posteriormente ir por el carril bici buscando la orilla del rio Arlanzón hasta alcanzar el puente de Santa María para reencontrarme con el arco de Santa María.

Arco de Santa María en Burgos, esta vez en el año 2023.

        Si cruzar todavía el puente prosigo las indicaciones del GPS, pasando por la estatua del Cid Campeador, hacia el lugar de descanso, que es el Hotel Jacobeo, un hotel de una estrella, sencillo que tiene todo lo que el peregrino puede necesitar.

        Hoy ha sido uno de esos días en los que llego más tarde de lo habitual al destino, son casi las cuatro de la tarde, pero eso no importa, tras una merecida ducha y de haber realizado las tareas diarias necesarias, me dispongo a realizar el mantenimiento de la bicicleta, a parte de proteger un poco más la batería, me encuentro con otro contratiempo.

        No es otro que un pinchazo en la rueda delantera,  mientras hinchaba la rueda con la bomba, noté que el obús estaba un poco suelto, así que intenté ajustarlo con los alicates y rellené la cámara con líquido sellante.

Catedral de Burgos.

        Por el momento, parecía que el problema estaba solucionado, sin embargo, al regresar después de recoger y ordenar mis pertenencias, noté que la pérdida de aire era considerable.

        Otro contratiempo más en la penúltima etapa de mi ruta de este año. Parece que algo o alguien está en contra de mi progreso, así que volví a hinchar la rueda esperando su mágica reparación.

        Con la cabeza en este problema, hice borrón y decidí dejar a un lado mis preocupaciones y aprovechar para disfrutar de la ciudad. Me dirigí a la Plaza de la Catedral y a la Plaza Mayor, donde pude contemplar con tranquilidad la presencia de cientos de turistas que, en esta época del año, visitan la ciudad.

Periodo para la reflexión y el descanso, plaza Mayor de Burgos.

Plaza Mayor en Burgos.

        Después de pasear por las calles y hacer la compra en el supermercado para el desayuno y la comida del día siguiente, regresé al hotel con la intención de revisar el estado de la rueda. La situación no podía ser peor: sin una pizca de aire. Con paciencia, repetí el proceso de introducir espuma en la cubierta y di múltiples vueltas para asegurarme de que se distribuyera uniformemente por su interior. Una vez hecho esto, inflé la rueda con más presión de lo habitual y me dirigí a cenar.

Estatua del toro en escala real , realizada en bronce con un peso de 900kg.

        En la recepción del hotel me indicaron un lugar para ir a cenar, se trata de un bar de la zona de la calle San Lorenzo, la casa de comidas "La Comidilla de San Lorenzo", un lugar dónde los productos típico de la zona, incluida la morcilla de Burgos es su principal reseña.

Plato en el que no puede faltar la Morcilla de Burgos.

        Después de un buen plato de cena, no queda otra que ir al descansar al hotel para coger fuerzas para mañana, un a lástima mañana es la última etapa desde aquel día que inicié la marcha en Málaga, pero bueno la aventura no ha terminado, así que mañana será otro día.

Hasta mañana.

        


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